“Es una situación de orden público que se genera por el aumento de cultivos ilícitos, minería ilegal y confrontaciones criminales. Son familias antioqueñas e incluso de otras regiones del país, que cuando llegan a Medellín no tenemos más camino que acompañarlas”, dijo el alcalde.
Las autoridades ofrecían por información que condujera a su paradero la suma de cincuenta (50) millones de pesos. Su función en la denominada Oficina del Valle de Aburrá (Oficina de Envigado), al parecer, era cobrarle a todo aquel que le debía a los miembros de esa estructura criminal. Sus jefes inmediatos serían Carlos Mauricio Soto Isaza, alias Soto, y alias Toma (Juan Carlos Mesa Vallejo).