El detenido era conocido en dicha población por ser conductor de una de las chivas veredales, sin embargo, afirman fuentes cercanas a este caso, que esto era una simple fachada para poder convertirse en “los ojos y oídos de Cabuyo”.
La decisión de primera instancia fue apelada por la defensa ante la Sala Penal del Tribunal Superior de Medellín, pues esperaban una rebaja del 50 % de la pena por haber aceptado cargos.