Dentro de los alcances de alias Piolo estaba el reclutamiento de integrantes para la organización delincuencial, quienes son enviados a la ciudad de Bogotá para el control de expendios de estupefacientes, la comisión de otros delitos contra otras estructuras criminales y la expansión de la economía criminal.
El detenido era conocido en dicha población por ser conductor de una de las chivas veredales, sin embargo, afirman fuentes cercanas a este caso, que esto era una simple fachada para poder convertirse en “los ojos y oídos de Cabuyo”.
Con estos resultados operacionales desarrollados por el Ejército Nacional, la Policía y la Fiscalía; el Gao residual subestructura 36, bajo el mando de alias Cabuyo, pierde dos elementos fundamentales, al ser quienes direccionaban y ejecutaban acciones ilícitas para el fortalecimiento del grupo criminal tanto militar como financieramente, además de ser ellos hombres de su entera confianza.
En el Bajo Cauca son buscados alias Pilatos, alias el Mono, alias Corozo, alias Flechas, alias el Negro Romaña, alias Gafas, alias Braques, alias el Ingeniero, alias Evangélico y alias Chatarra. Por su parte, en el Norte buscan a alias Cabuyo, y alias Buche Pisca. Y en el Suroeste, alias la Rata, alias Pacha, alias Pinocho, alias Bola, alias Pelipintado, alias Yeyé, alias el Gato, alias Faber y alias Rellena.