Chupeta no recuerda todos los asesinatos que ordenó, ni sabe todos los nombres de sus víctimas. “No los he contado”, dijo el testigo, cuya apariencia es extraña como resultado de sus múltiples cirugías plásticas para modificarse el rostro a las que se sometió en Brasil: implantes en los labios y en los pómulos, una nueva nariz, ojos estirados, trasplante de pelo, un hoyuelo en la barbilla.
Las armas largas, chalecos antibalas y hasta uniformes de la Policía de Buenos Aires que se incautaron dejan ver la dimensión de la red, que estaba integrada por más que simples jíbaros de barrios.
El día en que lo asesinaron, al parecer, alias el Ruso salía de una fiesta en una finca que se inició el fin de semana pasado. Las autoridades lo hallaron de pantaloneta y ropa casual, lo que permitió inferir que la víctima se dirigía a comprar más licor para continuar con el festejo. Asimismo, se presume que los asesinos o estaban en la finca o fueron avisados por alguien que estaba en el lugar.
Unidades de la Fiscalía y la Policía adelantaron un procedimiento de extinción de dominio a diez inmuebles ubicados en diferentes departamentos y que pertenecían...