Los hechos violentos en Altavista dejan como saldo 14 homicidios —entre el 1 de enero y el 10 de agosto de 2017—, heridos por balas perdidas, desplazamientos forzados y decenas de conductores de transporte público —buses y colectivos— y comerciantes bajo la presión del pago semanal de las vacunas que exigen los criminales que operan en la zona