El asesinato de líderes sociales y las constantes amenazas a los excombatientes de las FARC dan muestra de la falta de garantías para la no repetición. Si no se interviene con urgencia este puerto nariñense, la situación que allí se vive se puede replicar en otros municipios. Esto sí que pondría en riesgo la paz de los colombianos.
Bueno sería que el gobierno nacional, en cabeza del presidente Juan Manuel Santos; el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez; el resto de alcaldes del Valle de Aburrá; el gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez; el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa; Maurice Armitage, alcalde de Cali; entre otros gobernantes, fueran avezados en estos tiempos de posacuerdos.
Estos criminales, se encuentran en un lugar común: internet. Sus negocios y vulneraciones se concretan en la Deep Web —la internet oculto— para no dejar rastro de los movimientos del material que comparten y comercializan. Se nota que a futuro anhelan poder difundir su material de forma abierta como lo hicieron con el video en mención.
Ahora bien, para entender el fenómeno paramilitar habría que comprender la ocupación del territorio y la acumulación de capital, aspectos que comparten las AUC y el Clan del Golfo.
Por ejemplo, la presencia de estas organizaciones del crimen transnacional en Tumaco, Buenaventura, Putumayo, Cauca, Chocó, Santander, Valle del Cauca, Antioquia y Cartagena mostraría que los criminales mexicanos no vinieron de paseo o a esconderse, sino a hacer negocios. Sus clientes o nuevos trabajadores necesitan musculo financiero más fuerte para seguir trabajando.