Es aquí donde entra la figura de Gustavo Villegas, quien al parecer estaba gestionando diálogos con algunas de las estructuras criminales de Medellín, posiblemente La Terraza y San Pablo, que operan en las comunas 1, 3 y 4 de la ciudad.
De igual manera, es dable sostener que dichas actuaciones son producto de una sociedad educada para la competencia y, por ende, todo aquel que por uno u otro motivo cae en desgracia pasa a ser un antagonista menos y por lo tanto ello incrementa la posibilidad de éxito propia.
No obstante, se hace necesario develar, que las graves fallas que presentan nuestros cimientos como sociedad, están determinadas realmente por el modelo cultural generado por las élites políticas y económicas de nuestra Nación, la llamada narco – cultura, no es más que una réplica de dicho patrón cultural, los grandes capos del narcotráfico aprendieron de memoria la lección y la ejecutaron a la perfección.
Duque o el Hijo estaba encargado de coordinar en la comuna 7 (Robledo) los barrios, El Diamante, La Imperial, Nuevo México, Córdoba, Candelaria y Caribe, La Cruz Roja en Kenndy, comuna 5 (Castilla); además habría participado de varias guerras en esa zona incluyendo la que se desató contra Alejandro Cachama y el Gordo Arepas, quienes lideraron la disidencia de Los Pesebreros.
En la ciudad se observan zonas como el parque Lleras, la Villa de Aburrá, la carrera 70 en los sectores aledaños a la calle San Juan y al Aeroparque, entre otros, donde los dueños de los establecimientos públicos se apoderan de vías, aceras y zonas verdes con la mirada cómplice de quienes están obligados a hacer cumplir las normas en este aspecto.