Para los fiscales del caso el actuar de los cuatro milicianos del ELN que hicieron efectiva la orden de asesinar a Chaparro y Torres no fue una decisión aislada sino que correspondió a órdenes impartidas por sus superiores en la agrupación armada ilegal.
Sujetos armados con fusilería dispararon contra un grupo de once profesionales que se encontraba en un campamento de la mina La María, perteneciente a la empresa Continental Gold, asesinando a tres de ellos y dejando con heridas de consideración a tres más.