Dentro de la estructura de mando de este frente, Molina desempeñaba tareas de milicia, siendo considerado el segundo cabecilla de las redes de apoyo, con mando en las veredas Las Cuatro, Quebradona, Quebrada del Medio y El Cedral.
El prontuario del Zarco inició hace cerca de dieciocho años en el Bloque Elmer Cárdenas de las AUC, mutando rápidamente, luego de la desmovilización de 2006 y 2007, a las recién creadas bandas criminales, integradas por desmovilizados reincidentes en el crimen, y que se conocen hoy como Clan del Golfo.
Una denuncia obtenida por la Agencia de Prensa Análisis Urbano da cuenta de las condiciones en que se encuentran los presos políticos de las FARC recluidos en la cárcel de Bellavista.
Entonces, ¿por qué pasó inadvertido todo esto? Porque hubo toda una estrategia mediática que señalaba como principal problema del país a las FARC, así nos estuviera carcomiendo la corrupción y así la falta de ética en las instituciones no fuera culpa de la guerrilla y, por el contrario, esto hubiera ayudado históricamente al recrudecimiento de la guerra y a la violación sistemática de los derechos humanos.
Juan Fernando Amaya, luego de haber salido de la cárcel, estuvo buscando empleo, llegando a Rionegro donde un empresario estuvo dispuesto a contratarlo, de no ser porque al revisar su hoja de vida se dio cuenta de que había pertenecido a las Farc. Sin apoyo del Gobierno y un empresariado indolente, sin familiares en la ciudad y a la deriva, decidió irse para Ituango, en donde estuvo unos días en la zona veredal de Santa Lucía.