Chupeta no recuerda todos los asesinatos que ordenó, ni sabe todos los nombres de sus víctimas. “No los he contado”, dijo el testigo, cuya apariencia es extraña como resultado de sus múltiples cirugías plásticas para modificarse el rostro a las que se sometió en Brasil: implantes en los labios y en los pómulos, una nueva nariz, ojos estirados, trasplante de pelo, un hoyuelo en la barbilla.