Cuatro días después del crimen, Díaz Berrío, exsoldado profesional y presunto integrante del frente José Morelo Peñate de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, AGC o Clan del Golfo, fue capturado por servidores del Cuerpo Técnico de Investigación con el apoyo del Gaula Militar en su propia casa, donde las autoridades encontraron dos armas tipo revólver.
De acuerdo con la investigación adelantada por la Fiscalía General de la Nación, desde abril de 2017, el presunto víctimario habría realizado varias llamadas extorsivas a su propia hermana de 40 años de edad, para que le entregara la suma de 15 millones de pesos a cambio de no atentar contra su hijo de 16 años.
Simultáneamente y por iniciativa propia la familia también decidió publicar los datos y la foto en redes sociales y plataformas digitales, suministrando las líneas telefónicas personales para tratar de obtener información.
Luego de labores investigativas adelantadas por el Cuerpo Técnico de Investigación, se obtuvo diferentes elementos materiales probatorios en los que se infiere que Herrera Arango, empleado de la víctima, es el presunto extorsionista.
La líder asesinada se desempeñaba como madre comunitaria del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y maestra en el barrio La Candelaria la Nueva, de Ciudad Bolívar, en la capital del país.