Finalmente, advertimos que Yarumal se ha convertido en lugar de las guarderías de la droga y ya se le conoce como el puerto seco de la droga y el lavado de activos. Se sabe que allí llega la droga y de Medellín suben los insumos y armas para abastecer a los criminales. Es lamentable decir esto y no es por estigmatizar, dicen unos habitantes de Yarumal, “pero definitivamente el municipio no es de los yarumaleños sino de gente del Bajo Cauca”.
¿Será que el papel del Gaula Oriente del Ejército, la Fiscalía General de la Nación y la Policía Nacional, en esa subregión, es la de dormir u omitir evidencias mientras el crimen transnacional se toma el oriente antioqueño?
El asesinato de líderes sociales y las constantes amenazas a los excombatientes de las FARC dan muestra de la falta de garantías para la no repetición. Si no se interviene con urgencia este puerto nariñense, la situación que allí se vive se puede replicar en otros municipios. Esto sí que pondría en riesgo la paz de los colombianos.