Luego de varios minutos se bajaron en un callejón y mientras caminaban le repetían que lo iban a matar y a picar. Cuando los hombres escucharon las motos de la Policía tocaron la puerta de una casa y cuando les abrieron le dijeron al hombre que los dejara entrar que no se demoraban, el señor muy asustado aceptó. En una de las habitaciones continuaron los maltratos físicos y las amenazas de muerte.