La Fiscalía estableció que el día de los hechos, Vargas Ríos, en compañía de un sicario que había contactado previamente, sacó de su casa con engaños a la víctima y lo condujo en un vehículo hasta el sitio donde le dispararon dos veces en la cabeza.
Durante la diligencia judicial las autoridades encontraron en poder de alias Cobo 50 dosis de base de coca y 45.000 pesos en efectivo, al parecer, producto de la venta al menudeo del estupefaciente.
De acuerdo con las declaraciones de amigos y familiares de la hoy occisa, Vásquez Pérez era muy celoso y le controlaba hasta las llamadas del celular a su pareja. Señalaron que con frecuencia le decía que "el final de una mujer era ahorcada o degollada'.
Los hoy occisos vivían en aquella finca junto a la propietaria, quien se encontraba en Turbo en una cita médica. Los cadáveres fueron llevados a la morgue del municipio de Turbo, Urabá. Se desconocen los móviles y responsables de este sangriento crimen.
Para la comercialización de la droga mediante domicilios estos delincuentes utilizaban tres puntos móviles en el barrio Belén San Bernardo, en los cuales convenían el punto de entrega de la droga con los clientes reconocidos o recomendados, principalmente en las afueras de una universidad. También eran contactados vía celular.