Quienes se ganan la vida como tatuadores en Colombia pasaron de tener la agenda llena a cancelar todas sus citas por el coronavirus, pandemia que obligó a muchos a adaptar sus estudios privados para volver a trabajar bajo estrictas medidas que les permitan seguir marcando con tinta el cuerpo de sus clientes.
Con el paso de las semanas, el Gobierno ha ido reiniciando actividades económicas que van desde las industrias manufactureras y de la construcción hasta los comercios no esenciales, así como ha planteado fechas tentativas para el regreso de los vuelos nacionales e internacionales.
Sin embargo, el sector de los tatuajes todavía no tiene vía libre, lo que preocupa a quienes se sustentan con esa actividad, tatuadores como Dani Martinico que recibe a sus clientes en su casa con todas las medidas de bioseguridad necesarias para evitar contagios.
«Tengo conciencia de esta situación que estamos viviendo. Es importante que si la persona, digamos, tiene tos en la mañana, aplace la cita hasta que esté totalmente sana, o si la persona tiene su cita de tatuajes que solamente venga de su casa a la cita y no haga mil vueltas», cuenta a Efe el tatuador.
Confiesa que el «golpe fue duro» por la cuarentena decretada por el Gobierno desde el 25 de marzo, lo que lo obligó a buscar «las medidas necesarias para poder estar en cercanía del cliente y sin correr ningún tipo de riesgo».
UN PLAN DE PROTECCIÓN
Ante la incertidumbre que vive por la situación, Martinico diseñó un protocolo para reabrir su estudio privado basado en las medidas decretadas por el Gobierno para peluquerías, salas de belleza y barberías, instrucciones que adaptó a su negocio.
«La regulación se ha venido esperando desde hace mucho tiempo y no se ha dado hasta el momento», advierte.
El joven, que se dedica a este oficio desde hace cuatro años y medio, afirma que dentro de su plan de «asepsia» para «aislar cualquier bacteria externa» están el uso obligatorio del tapabocas y el lavado de manos para protegerse a sí mismo y a sus clientes.
Además, los posibles clientes deben responder un formulario sobre su condición de salud para poder recibir una cita a la que deben asistir sin acompañantes.
«Yo tengo un formato que le envío previamente a los clientes donde les digo cuáles son esas nuevas medidas y ya los clientes tienen mucha más seguridad y tranquilidad para venir a hacerse sus tatuajes», detalla.
Martinico considera pertinente que la gente entienda «que la esencia de todas estas normas», por incómodas que sean, es la protección de todos hasta que se pueda regresar a la «vida normal».
UNA EXPERIENCIA DIFERENTE
Una de las primeras clientas de Martinico es Andrea, una joven que a pesar de la pandemia fue hasta el estudio casero para hacerse dos tatuajes, uno que dice «Amor vincit omnia» y otro con la palabra «Resiliencia».
«Son muy importantes (las medidas de bioseguridad) porque uno como cliente necesita tener toda la parte de asepsia y estar seguro de que a donde va a asistir tienen todos los protocolos de seguridad que están exigiendo por la COVID-19 en este momento», expresa la mujer.
En ese sentido, Andrea valora que los procedimientos que tomó Martinico son realmente apropiados y que la hacen sentir segura, a pesar de los riesgos de contagio que existen en la actualidad.
Sobre el futuro de su trabajo, el tatuador considera que la pandemia solo cambió «algunas medidas para protegernos unos a otros» pero considera que «el arte sigue siendo el mismo, el talento sigue siendo el mismo».
EFE