Desde que las autoridades focalizaron la lucha contra el crimen organizado, la dinámica delincuencial se atomizó en las ciudades a tal extremo que en una urbe como Cali se cuentan más de cien grupos entre bandas criminales o combos. Bajo ese esquema delictivo surgieron fenómenos como fronteras invisibles entre barrios y vendettas territoriales. El sistema delincuencial llevó a la creación de outsourcing criminales que se venden al mejor postor como oficinas de cobro con grupos de sicarios que tienen la misión de cobrar deudas, secuestrar y asesinar.
Justo esta semana la Policía Metropolitana de Cali (Mecal) y la Fiscalía sorprendieron al anunciar la desarticulación de una de esas temidas bandas conocida como Los Vaqueros, integrada por al menos 17 personas y que contaba con su propio armerillo para el mantenimiento, reparación y adulteración de armas. Pero lo que realmente llamó la atención, es que según declaraciones del general Hugo Casas, comandante de la policía en la capital del Valle, la oficina de cobro era liderada por tres abogados que habrían ordenado el asesinato de por lo menos 25 personas y recibidos los pagos para ejecutar otros once homicidios.
El oficial explicó que al frente de esa organización que impuso su terror en tres comunas de Cali, estaba uno de los juristas: “Su cabecilla, alias Lucho, se dedicaba al homicidio”.
Dijo además que otra de las particularidades de esa oficina de cobro es que “estos abogados ordenaban los asesinatos, pero cuando algo les salía mal y eran capturados por la Policía, (…) entonces amenazaban a los jueces y fiscales para mejorar a favor de sus defendidos, algunas de las medidas”.
En efecto, eso fue lo que descubrieron los investigadores del caso durante los ocho meses de seguimientos, videos e interceptaciones telefónicas. Incluso, lograron evitar que se cometiera una masacre, ya que uno de los encargos criminales que le hicieron a la oficina de cobro era el de ejecutar un asesinato dentro de una discoteca de Cali, sin importar las víctimas inocentes.
“Uno de los abogados quiso asesinar a un socio dueño de una empresa de maquinaria pesada por no pagarle una deuda de 800 millones de pesos, ese crimen alcanzamos a evitarlo”, dijo la fuente oficial que hizo parte de la investigación.
De los abogados se sabe que son expertos en temas penales y uno de ellos, el jefe, era un mayor retirado de la policía que en el pasado hizo parte de la defensa legal del reconocido narcotraficante, solicitado en extradición, Greylin Fernando Varón Cadena, alias Martín Bala.
Las interceptaciones de sus teléfonos celulares permitieron establecer que los abogados sicarios estarían relacionados como determinadores del homicidio de la joven venezolana Yeselin Josefina Rangel, ocurrido el pasado 7 de marzo, a quien habrían asesinado para quedarse con el expendio de drogas en la comuna 13 de Cali.
Además, la investigación arrojó que ellos estarían detrás de seis homicidios y tres en grado de tentativa ocurridos en los años 2018 y 2019. Las víctimas mortales serían Lover Sáenz Marín, Carlos Hernán Alvear, Víctor Hugo Quintana, Wílmar Robert Cachimbo.
Según la Fiscalía, Los Vaqueros se financiaban con la venta de sustancias estupefacientes y ejercía su accionar criminal contra otras organizaciones delictivas por el control de las zonas de expendio, especialmente en el barrio El Poblado II. Al parecer se surtía de marihuana traída desde el municipio de Corinto, Cauca.
En la operación fueron capturadas 17 personas y durante los 18 allanamientos que se realizaron, se logró la incautación de “10 armas de fuego, 120 cartuchos de diferente calibre, 13 proveedores, una prensa mecánica, un torno eléctrico, 700 gramos de marihuana, 400 gramos de cocaína, 12 teléfonos celulares, un vehículo y dos memorias USB”, dice el boletín oficial de la Fiscalía.
A todos los aprehendidos el ente investigador les imputará cargos por los presuntos delitos de concierto para delinquir agravado, homicidio agravado y fabricación, tráfico o porte de estupefacientes, así como de armas de fuego.
De confirmarse todos los cargos, este caso pasará a la historia como la primera oficina de sicarios que era liderada por abogados.
Tomado de Revista Semana