Washington, 12 enero.- El presidente saliente de EE.UU., Donald Trump, dijo este martes que hay «cero riesgo» de que le destituya su gabinete bajo el proceso establecido en la Enmienda 25 de la Constitución, y denunció el «asalto a la libertad de expresión» que se ha cernido sobre él y sus seguidores tras el ataque al Capitolio.
En un discurso durante su visita al muro en la frontera con México, Trump se refirió por primera vez a las peticiones de la oposición demócrata para que su vicepresidente, Mike Pence, inicie un proceso para destituirle bajo esa enmienda constitucional.
«La Enmienda 25 supone cero riesgo para mí, pero le pasará factura a (el presidente electo) Joe Biden y su Administración. Como dice la expresión, ten cuidado con lo que deseas», afirmó Trump, sin aclarar a qué se refería, dado que Biden no ha llegado a pedir explícitamente que se active ese mecanismo.
La Cámara Baja planea aprobar este martes un proyecto de ley que instará a Pence a activar esa enmienda, que indica que el vicepresidente puede reemplazar al presidente si declara por escrito, con el respaldo de una mayoría del gabinete, que el mandatario «es incapaz» de desempeñar el cargo.
Sin embargo, Pence se ha negado hasta ahora a poner en marcha ese mecanismo de destitución y es muy improbable que lo haga antes de que Trump tenga que entregar el poder a Biden, el próximo 20 de enero.
En sus declaraciones en la localidad fronteriza de Alamo (Texas), Trump volvió a referirse también al proceso que han iniciado los demócratas en la Cámara Baja para someterle a un juicio político por su responsabilidad en el asalto al Capitolio, horas después de tachar esa iniciativa de «absolutamente ridícula».
«(El proceso para un juicio político) está causando un enfado tremendo, una división y un dolor mucho mayores de lo que entenderá jamás la mayoría de la gente, lo cual es muy peligroso para los Estados Unidos, especialmente en este momento delicado», dijo Trump.
La Cámara Baja tiene previsto votar este miércoles para acusar formalmente a Trump de «incitar una insurrección» de sus seguidores antes del asalto al Capitolio, lo cual obligará al Senado a someterle a un segundo juicio político («impeachment trial») que se celebrará una vez que Biden ya esté en el poder.
El mandatario saliente -que antes de despegar hacia Texas defendió su discurso antes del asalto al Capitolio como «totalmente apropiado»- pidió que el país avance hacia «la paz», pero volvió a inflamar las tensiones que ha generado su propia suspensión y la de miles de sus seguidores en redes sociales como Twitter.
«La libertad de expresión está bajo un asalto sin precedentes», denunció el mandatario saliente.
Trump definió como una «turba» a aquellos seguidores suyos que asaltaron el Capitolio -a los que había descrito como «gente muy especial» durante el ataque- y afirmó que él no cree en «derribar» las instituciones del país.
«Creemos en la legalidad, no en la violencia ni los disturbios», agregó el presidente, que ha mandado todo tipo de mensajes contradictorios sobre los responsables del asalto al Capitolio desde el suceso.