Washington, 28 oct – A Donald Trump no le faltan aliados en su carrera hacia la Casa Blanca y tiene buena parte del aparato republicano a su favor, pero en los tribunales se le complican las cosas: algunos de sus más fieles le dan ahora la espalda para salvarse y empieza a estar cada vez más solo.
Esta misma semana Trump ha logrado una nueva victoria política con la elección de uno de los suyos, Mike Johnson, como nuevo líder de la Cámara de Representantes, pero ha sufrido más de una derrota en el ámbito judicial.
Y es que la forma en que los fiscales están armando los casos penales contra él o los acuerdos a los que están llegando con otros acusados dispuestos a colaborar hacen más difícil su defensa, como coinciden en subrayar expertos consultados por EFE.
Georgia, la mayor amenaza
De los cuatro casos penales que el expresidente afronta, el de Georgia, sobre los intentos de revertir los resultados de las elecciones presidenciales en este estado, es probablemente su «mayor amenaza» en este momento, subraya el profesor de la facultad de Derecho de Georgetown David Super.
No solo porque va más «rápido» que otros y Trump tiene «pocas posibilidades de detenerlo o retrasarlo». También por los acuerdos con la Fiscalía alcanzados ya por cuatro de los 18 acusados junto a él en Georgia, tres de ellos abogados de su campaña en 2020.
Los cuatro se han declarado culpables de varios delitos, se han librado de cargos mayores y se han comprometido a ser testigos de cargo.
La última en hacerlo fue Jenna Ellis. Esta semana ha dado la vuelta al mundo su imagen al borde de las lágrimas, declarando su culpabilidad y justificando haber hecho falsas acusaciones de fraude electoral por estar influenciada por abogados «con mucha más experiencia» que ella, apuntando directamente a Rudolph Giuliani.
Para Super, el equipo encabezado por la fiscal Fani Willis en Georgia ya contaba con «suficientes pruebas» contra Trump, pero estos permitirán «completar» mucha información.
Al fin y al cabo, estas personas, entre quienes se encuentran dos importantes abogados del equipo de Trump, Sidney Powell y Kenneth Chesebro, «estaban presentes cuando el presidente dio sus órdenes» durante esta conspiración, recordó.
Aunque la defensa tratará de desacreditarlos porque se están desdiciendo de lo que defendieron durante meses, que haya tres abogados de Trump declarando en su contra va a resultar «muy potente» en este juicio aún sin fecha decidida.
Habrá más colaboradores
Tanto Super como la profesora de la facultad de Derecho de la Universidad de Emory Kay Levine están convencidos de que habrá más acusados de Georgia que alcanzarán acuerdos con la fiscalía -como suele ocurrir en casos sobre organizaciones criminales, como es el de Georgia.
«Con cada persona más que diga: te cuento lo que sé, más fuerte será el caso para los fiscales», dijo a EFE Levine en videoconferencia desde su despacho en esta universidad situada en Atlanta, donde se va a juzgar el caso de Georgia.
Admitió no obstante que los próximos pactos pueden no ser tan favorables. «Quienes llegan a un acuerdo primero son los que logran el mejor».
Y no parece que la Fiscalía ofrezca acuerdos a los «peces gordos» de esta conspiración, incluidos el propio Trump o Giuliani. Como ocurre siempre en los procesos contra organizaciones criminales, se negocia con los más débiles para cazar a los más importantes, recordó Levine.
Pero los cuatro de Georgia no son los únicos que están dejando solo a Trump.
La sorpresa de la inmunidad de Meadows
Esta semana, la cadena ABC anunciaba que su antiguo jefe de gabinete, Mark Meadows, ha llegado a un acuerdo de inmunidad con el fiscal especial que investiga a Trump, Jack Smith, aunque se desconoce aún el grado de dicha inmunidad y si afecta a Georgia, donde el exjefe de gabinete es uno de los principales acusados.
La posibilidad de que Meadows se pase al otro lado ha debido de «poner nerviosos a muchos», según Levine, por la «significativa cantidad de información» que tiene tanto sobre el caso de Georgia como sobre el de Washington.
Smith es fiscal federal y no tiene competencias en Georgia, pero los expertos consultados por EFE coinciden en que lo más probable es que Meadows haya logrado también un acuerdo en el caso estatal.
«Si está dispuesto a negociar con Smith, está dispuesto a negociar con la fiscal Willis, y es probable que lo esté haciendo en este momento», apuntó el profesor David Super.
La posible traición de Meadows pilló por sorpresa al propio Trump, quien puso en duda la noticia sobre la inmunidad por parte de uno de sus más estrechos colaboradores, quien incluso escribió un libro defendiendo las teorías trumpistas de fraude electoral.
Pero de confirmarse, su colaboración puede suponer una estocada para Trump en los tribunales.
Condena probable, cárcel no tanto
Y en el caso de Georgia es «cada vez más probable» que Trump sea condenado, según Super, quien no obstante es escéptico sobre la posibilidad de que el expresidente (2017-2021) vaya a prisión.
«No lo quieren ni republicanos ni demócratas, y el Servicio Secreto puede alegar que no puede protegerle dentro de la cárcel», dijo el profesor de Georgetown.
Habrá que ver si Trump alcanza la nominación de su partido como candidato a la Casa Blanca si es condenado antes. Para Super es posible que en ese caso los republicanos «hagan el esfuerzo de buscar otro aspirante. Lo que no está claro es quién».
Todo son incógnitas porque no hay precedentes sobre un posible candidato presidencial -o un presidente si gana las elecciones- condenado. Eso sí, en el caso de Georgia, por ser estatal, no pondría autoindultarse.EFE.
Patricia de Arce