Guiyang (China), 23 nov .- El turismo se ha convertido en una de las vías para erradicar la pobreza en provincias del interior de China como Guizhou, aunque persisten desafíos acerca de cómo preservar las tradiciones locales y la autenticidad ante el creciente número de viajeros.

La provincia, de un tamaño parejo al de Uruguay y con 38 millones de habitantes, es famosa en China por su compleja orografía: montañas y colinas ocupan el 92,5 % de su territorio.

Dicha geografía es uno de los factores que ha obstaculizado el desarrollo de Guizhou, que figuró en 2023 como la cuarta provincia china con menor renta per cápita, con 54.236 yuanes (7.490 dólares, 7.100 euros).

Hace más de una década que las autoridades comenzaron a incluir el turismo como una táctica destacada en el marco de la campaña contra la pobreza, una de las políticas estrella del presidente chino, Xi Jinping.

El mandatario proclamó en 2021 que el país había erradicado la pobreza extrema, fijada por el Gobierno chino en 2019 en un umbral de 4.000 yuanes al año o 1,6 dólares al día, mientras que el establecido por el Banco Mundial en 2017 es de 2,15 dólares diarios.

La influencia del turismo

Guizhou fue identificada por las autoridades como una región con potencial para el desarrollo del turismo gracias a paisajes naturales como las cataratas de Huangguoshu, la mayor cascada de China, o la cueva de Shuanghedong, con una longitud de 400 kilómetros.

Además, la presencia de 17 minorías étnicas, como los miao y los dong, con sus tradiciones, arquitectura y festivales, colocan a la provincia como uno de los destinos turísticos más populares de China, con 1.284 millones de visitas en 2023, según las autoridades.

«El reciente desarrollo del turismo ha sido una gran ayuda para la revitalización rural», explicó a EFE el director de la Oficina de Información del Gobierno provincial, Chen Benrong, que añadió que el sector «ha inyectado una gran energía» en la economía local.

Según datos oficiales, casi 900.000 personas de Guizhou salieron de la pobreza hasta septiembre de 2019 gracias al sector turístico.

Sin embargo, dicha actividad ha modificado sustancialmente las vidas de sus habitantes.

«El turismo ha causado que numerosos habitantes locales abandonen sus tierras y sus tradiciones de caza y pesca para ser contratados por agencias y empresas hoteleras, mientras otros se han convertido en pequeños comerciantes, artesanos y artistas de danza y canto en centros turísticos», indicaba el investigador Tai-Chee Wong en un estudio acerca del auge del sector turístico en Guizhou.

Así, algunos turistas lamentan una cierta pérdida de autenticidad: «Es todo bonito, pero a veces resulta demasiado comercial», señaló a EFE una pareja de la ciudad suroriental de Cantón de viaje en Guizhou.

Un difícil equilibrio

Wang, un trabajador con más de 10 años de experiencia en la industria turística de Guizhou que prefirió usar un pseudónimo, indicó a EFE que «si un área no se comercializa, no habrá gente que la visite; por muy bien que se conserve su estado original, no llegará a conocerse».

Mientras, el funcionario Chen aseveró que «la destrucción de la cultura por el turismo excesivo se trata de un problema global», aunque «los habitantes de etnias minoritarias de los pueblos tradicionales también aspiran a una vida moderna».

En ese sentido, Wang afirmó que, «para la gente que vive cerca de los lugares escénicos», la comercialización «es sin duda positiva», ya que les ha permitido salir de la pobreza, si bien «esto no es necesariamente positivo para el desarrollo cultural o para la conservación ecológica».

«Cuando un lugar no se comercializa en exceso, puede durar décadas o incluso siglos», explica el trabajador, quien advierte de que la masificación «puede hacer que un destino turístico consuma todo su valor en pocas décadas».}

Aunque «la mayoría de las agencias de viajes todavía se basan en modelos originales», el experto señaló que en los últimos dos años algunas agencias de la provincia ofrecen propuestas menos masificadas.

En el pueblo de casas de piedra Benzhai, el intérprete Zhu Xinhua explica a EFE tras una actuación de ópera típica de la cultura local «tunpu», que si bien estas representaciones «no suponen grandes ingresos», sí posibilitan preservar la tradición: «Intentamos con toda nuestra fuerza transmitir el arte. No importa si en el futuro lo hacen bien o mal, lo importante es que se transmita a la próxima generación».

Álvaro Alfaro

EFE

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