Leópolis (Ucrania), 26 abr – Ucrania conmemoró este sábado el 39º aniversario de la catástrofe nuclear de Chernóbil, el peor desastre nuclear de la historia, mientras lidia con las continuas amenazas a la seguridad nuclear causadas por los ataques con drones y misiles de Rusia y su ocupación de la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, cuyo futuro sigue siendo incierto.
El 26 de abril de 1986, un experimento dirigido por Moscú en el cuarto reactor de Chernóbil, que ignoraba los protocolos básicos de seguridad, desencadenó una explosión catastrófica.
El desastre expuso a cinco millones de personas a la radiación y contaminó más de 145.000 km² de territorio, incluidas 2.218 localidades en Ucrania, lo que causó decenas de miles de millones de euros de pérdidas económicas.
Las autoridades soviéticas pusieron en peligro a millones de personas al «ocultar la verdad» y «retrasar la evacuación», declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania en una declaración conmemorativa, mientras el país rendía homenaje a los miles de trabajadores de emergencias que intentaron limitar el impacto de la catástrofe al alto coste de su salud.
Nuevos riesgos
Oleksandr Sirski, máximo comandante militar de Ucrania, estableció paralelismos con las actuales acciones del Rusia al describir Chernóbil en un comunicado como «un símbolo del precio que Ucrania pagó al monstruo totalitario».
En febrero de 2022, las fuerzas rusas ocuparon brevemente la planta de Chernóbil durante su intento fallido de tomar Kiev y tomaron como rehenes a 169 efectivos de la Guardia Nacional ucraniana, de los que sólo 65 han regresado.
Los constantes ataques de Rusia a la infraestructura energética de Ucrania han amenazado con desestabilizar las tres centrales nucleares operativas del país, que no están diseñadas para soportar las fuertes fluctuaciones provocadas por dichos ataques, según Volodímir Omelchenko, experto en energía del Centro Razumkov de Kiev.
Una fuga radiactiva en estas centrales, dos de las cuales están situadas a menos de 200 kilómetros de la frontera de la Unión Europea, podría obligar a millones de ucranianos a buscar refugio en Occidente, declaró a EFE.
En febrero, un dron atacó el Nuevo Sarcófago Seguro (NSS) que encierra el reactor en ruinas de Chernóbil y el fuego resultante, que ardió durante varios días, dañó tanto el exterior como el interior de la estructura, lo que supuso una amenaza directa para su estabilidad.
Una central ocupada por Rusia
Mientras tanto, la central nuclear de Zaporiyia, ocupada por las fuerzas rusas desde marzo de 2022, se ha transformado en una base militar.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) informa regularmente de explosiones de drones cerca de la instalación. La presión de las tropas rusas sobre el personal ucraniano eleva el riesgo de un accidente nuclear por un error humano, advirtió la experta nuclear ucraniana Olga Kosharna en una entrevista con EFE.
Energoatom, la empresa nuclear estatal ucraniana, informa de que al menos 30 personas, entre trabajadores de la central y habitantes de Energodar, la ciudad satélite de la planta, están detenidas ilegalmente por las fuerzas rusas.
Aunque la central de Zaporiyia actualmente no genera electricidad, Rusia ha indicado que podría volver a ponerla en marcha para suministrar energía a los territorios ocupados, una medida a la que Ucrania se opone firmemente.
Ucrania insiste en que restablecer el pleno control sobre todas sus instalaciones nucleares es un requisito previo para garantizar la seguridad nuclear global.
Un supuesto plan de paz atribuido a Donald Trump, citado en medios de lengua inglesa, sugiere que Rusia podría ceder Zaporiyia a Ucrania o ponerla bajo control de Estados Unidos. La planta suministraría entonces electricidad a territorios bajo control tanto ucraniano como ruso.
El presidente ucraniano, Volodímír Zelenski, se ha mostrado dispuesto a cooperar con Estados Unidos para restablecer el funcionamiento de la central, pero sólo si las fuerzas rusas se retiran por completo.
Enfatizó que sólo los ingenieros ucranianos, familiarizados con los equipos de la central, están cualificados para gestionarla, y señaló que Estados Unidos carece de la experiencia pertinente.
Ucrania insta a una mayor presión
Funcionarios y expertos ucranianos sostienen que la comunidad internacional, incluido el OIEA, no ha presionado suficientemente a Rusia para que corrija sus amenazas a la seguridad nuclear. Señalan que Rusia sigue asegurándose lucrativos proyectos nucleares en varios continentes a pesar de sus acciones.
«El precio del silencio, el cinismo y la impunidad es demasiado alto. Sólo mediante acciones conjuntas podremos detener el terror ruso y evitar otra tragedia», declaró el Ministerio de Exteriores, mientras Energoatom condenó a Rusia por ser el primer Estado en llevar a cabo ataques terroristas contra instalaciones nucleares y subrayó que sus crímenes siguen impunes.
por Rytoslav Avechuk
EFE