Viena, 27 feb – Ucrania reúne documentación y testimonios para que la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya, investigue como crimen de guerra la muerte de medio centenar de prisioneros ucranianos en julio de 2022 en el centro de detención bajo control ruso de Olenivka, informó este martes una ONG ucraniana.
«Consideramos lo ocurrido un crimen de guerra planificado. Por esta razón, la Fiscalía, con el apoyo de diversas organizaciones, prepara la presentación del caso ante la Corte Internacional de Justicia», declaró a EFE en Viena Tetyana Katrychenko, directora de la organización no gubernamental «Media Initiative for Human Rights».
La ONG, que acaba de presentar una investigación sobre la masacre, está colaborando en este proceso.
El contenido de la investigación, que incluye testimonios de una decena de supervivientes, fue presentado en Viena ante países de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y ante la Comisión Independiente de la ONU de Investigación sobre Ucrania.
Naciones Unidas estableció una misión para investigar la muerte de los prisioneros, pero al no conseguir acceso al lugar, situado en la región ocupada de Donetsk, fue disuelta. Tampoco la Cruz Roja nunca tuvo acceso al centro.
Además de la investigación, en la delegación de esta ONG participa el médico militar ucraniano Ostap Shved, también presente en Viena.
Medio centenar de sus compañeros murieron tras varias explosiones en un barracón de Olenivka la noche del 28 al 29 de julio de 2022.
193 prisioneros de guerra habían sido trasladados un día antes a un nuevo barracón, situado en una zona industrial del complejo donde operarios rusos habían emprendido obras de acondicionamiento.
Los guardias rusos fueron colocados detrás de una valla que rodeaba ese nuevo barracón al que fueron confinados los prisioneros ucranianos.
«Los rusos habían puesto lanzacochetes Grad cerca, algo que nos sorprendió porque no había ocurrido antes», explicó Shved, médico de la Brigada Azov, considerada terrorista por Moscú, que sobrevivió y que fue liberado en un intercambio de prisioneros en mayo de 2023.
Sobre las 23:45 del 28 de julio de 2022 una explosión sacudió el barracón, seguida por otras dos al poco tiempo. Shved recordó sobre todo que el fuego se expandió a una enorme velocidad y se adhería a todo: «parecía napalm».
«Todo ardía, los vivos nos arrastramos por el suelo para salir del barracón. Vi los cuerpos de muchos compañeros quemados y había un humo muy denso», dijo a un grupo de periodistas en Viena.
Los guardias rusos no ofrecieron ayuda a los supervivientes de las explosiones e incluso les dispararon cuando se acercaron a la valla de seguridad.
Tras una hora, se limitaron a arrojarles algunos botiquines de primeros auxilios.
Unas seis horas después, según el relato del médico militar, los guardias permitieron a personal sanitario ucraniano encerrado en otros barracones acceder al lugar y ayudar a los heridos, pero sin entregarles ningún material médico.
Al amanecer se produjo la evacuación de los heridos más graves, pero en lugar de hacerlo en ambulancias se hizo en camiones. «Mucha gente murió porque no recibió atención a tiempo», explicó Shved.
«Separamos a los heridos por su gravedad, a los que estaban peor los pusimos cerca de una valla porque había más luz. El subdirector de la prisión estaba al otro lado de la valla, fumando y bebiendo café. Cuando un compañero al que atendía murió, lo señaló y dijo: ese se te ha muerto», rememora Shved.
El médico ucraniano asegura que ni el tipo de explosión ni la voracidad del fuego ni la ausencia de metralla en los heridos corresponde a una explosión de artillería o un misil, y considera que tuvo que ser un artefacto instalado dentro del barracón.
«Creo que los rusos solo quisieron matar a los combatientes de Azov», resume sobre la unidad que resistió en la planta metalúrgica Azovstal de Mariupol, al sur de Ucrania.
Rusia sostuvo que la explosión fue causada por un misil HIMARS lanzado por Ucrania, pero la ONU ha rechazado esa versión.
Tampoco se sabe a ciencia cierta cuántos prisioneros murieron en Olenivka, sólo se sabe que las familias han enterrado 49 cuerpos y que otros 22 apresados fueron liberados con vida en un intercambio de prisioneros.
Luis Lidón
EFE