Nairobi, 2 de septiembre de 2022.- Un tribunal de Uganda condenó este jueves a dos cazadores furtivos a 17 años de cárcel por haber envenenado y matado en marzo de 2021 a seis leones del Parque Nacional de la Reina Isabel (suroeste), confirmaron hoy a Efe las autoridades medioambientales del país.
«Es necesario rehabilitar a los convictos, pero también necesitamos disuadir a otros delincuentes que están ahí afuera», dijo la magistrada principal del Tribunal de Servicios Públicos de la Carretera de Buganda (Kampala), Gladys Kamasanyu, tras anunciar su sentencia.
El director ejecutivo de la Autoridad para la Vida Salvaje de Uganda (UWA), Sam Mwandha, celebró la sentencia como una medida que «hará que otras personas teman involucrarse» en delitos similares, según un comunicado remitido a Efe este viernes.
De acuerdo con la Fiscalía, los cazadores furtivos -dos ciudadanos ugandeses, Vincent Tumuhiirwe y Robert Ariyo- mataron a seis leones entre el 17 y el 19 de marzo de 2021 después de entrar de manera ilegal en el Parque Nacional de la Reina Isabel.
Además, el veneno que usaron para asesinar a los leones también causó la muerte de al menos diez buitres dorsiblancos africanos.
Las autoridades ugandesas encontraron algunas partes de esos leones, incluidas cuatro cabezas, quince patas y una cola, en las casas de los cazadores furtivos, lo que les llevó a su detención a finales de marzo de 2021.
La sentencia contra los dos ugandeses incluye siete años de prisión por entrar en un espacio natural protegido de manera ilegal y cazar a animales salvajes en un área protegida; y diez años por tenencia ilícita de animales salvajes amenazados.
Sin embargo, a su periodo en prisión se restará el año y cinco meses que ambos cazadores han permanecido en prisión preventiva desde su arresto.
Antes de la detención de los cazadores furtivos, los guardabosques del parque nacional advirtieron de que los cadáveres de los leones estaban descuartizados y faltaban varios huesos, hechos que encendieron las alarmas de muchos expertos en crímenes medioambientales, pues el tráfico ilegal de los esqueletos de los grandes felinos es un negocio en alza.
«En Vietnam, Laos y China solían usarse huesos de tigres para producir medicinas tradicionales y todo tipo de ungüentos. Pero, ahora que los tigres están a punto de desaparecer, los traficantes de animales han comenzado a interesarse en los huesos de leones», explicó a Efe la investigadora Edith Kabesiime, de la organización conservacionista World Animal Protection Africa.
En los últimos años, decenas de leones y otros grandes depredadores -como hienas y leopardos- han muerto envenenados en el Parque Nacional de la Reina Isabel por ganaderos que residen en la periferia y ven amenazados sus rebaños.
Los expertos calculan una reducción del 50 % en el número de leones en poco más de diez años en ese espacio natural, pasando de unos 120 ejemplares en 2010 a cerca de sesenta en 2021.
EFE