Tomada de la revista Semana.com Aguacatero iba a ser extraditado.
No son pocas las veces que los gobiernos de turno en Colombia asociados a los EE.UU han construido un contubernio para aplicar «Justicia» unilateralmente, la cual deriva en la extradición de quienes suponen son los peores criminales en nuestro país. Obviamente la extradición sólo aplica a nuestros nacionales ya que el país del norte si tiene el poder y el honor de hacer respetar a sus ciudadanos, aunque estos sean delincuentes reconocidos.
Los gobiernos colombianos se han caracterizado por aplicar la extradición a diestra y siniestra contra narcotraficantes, guerrilleros y paramilitares (es de anotar que con estos últimos se fue la verdad sobre el paraestado) sin embargo, han extraditado personas humildes que nada tienen que ver con la criminalidad, algunas veces se ha logrado frenar su extradición por la denuncia pública, otras veces han pasado muchos años en cárceles gringas sin importarle a nadie el dolor y la desdicha de ellos y sus familiares.
Acaba de conocerse el caso del carpintero Ariel Josué Martínez, un humilde trabajador de San Vicente del Caguán (Caqueta) quien iba a ser extraditado y que sólo el valor civil de una comunidad impidió semejante injusticia, El final feliz del cuento del carpintero encarcelado todavía hoy, ni el Presidente de la República, Juan Manuel Santos, el Director General de la Policía, Rodolfo Palomino López y el Gobierno de los Estados Unidos, han tenido la gallardía y el decoro de disculparse públicamente por la infamia que estaban cometiendo.
Pero estos no son los únicos casos donde la ligereza, irresponsabilidad y mediocridad de la inteligencia americana y colombiana han fallado y por ende arrastrado a personas humildes en su afán por mostrar resultados, tres casos simplifican esta tragedia.
El aguacatero:
Estudió tres veces primero de primaria y no logró pasar de grado. Nunca aprendió a leer ni a escribir. Por eso, Hernán Alonso Ruiz Sánchez se dedicó desde niño a trabajar con su papá en la venta de abarrotes en el barrio Kennedy, al occidente de Medellín. De aguacatero a extraditable
El vendedor de plátanos y su hijo
Gabriel Consuegra Arroyo, el hijo de un vendedor de plátanos de la plaza de mercado de Barranquilla, vino a cumplir el sueño de conocer la nieve en medio de la más oscura depresión. Los otros extraditados por error
Señores de la DEA y la Policía ¿Quién responde por estos crasos «Errores»?
¿Cuándo acabará la infamia de la extradición de colombianas y colombianos a Estados Unidos?
Última hora:
Gobierno adjudica errores como el del carpintero a justicia de EE. UU.
¿Por qué el Gobierno de Juan Manuel Santos, no hace una revisión profunda de la extradición como herramienta para «Combatir» el crimen en Colombia?
Fuerzas Militares prestaron protección al CTI durante la captura del carpintero