Nueva York, 1 marzo.- Nueva York identificó hace un año su primer caso de coronavirus y este lunes, con 1,6 millones de contagios y 47.000 fallecidos acumulados, sus autoridades reflexionaron sobre el «error» de no actuar con rapidez pero también del «progreso» para controlarlo a base de pruebas masivas, protocolos de seguridad y ahora vacunas.
«Ha pasado exactamente un año desde que identificamos por primera vez la covid-19 en Nueva York y, aunque hemos hecho un increíble progreso para vencerla, haciendo pruebas y vacunando cada vez a más neoyorquinos, necesitamos seguir vigilantes», dijo en una nota el gobernador del estado, Andrew Cuomo, quien dio la noticia entonces.
Se recuerdan los datos de aquel caso, una trabajadora sanitaria de 39 años que había estado en Irán por motivos de trabajo y que residía en el distrito de Manhattan de la Gran Manzana, pero fue imposible seguir el recuento cuando la superpoblada ciudad se convirtió en epicentro de la pandemia y, como se supo después, exportadora de virus al resto del país.
Cuomo, que aquel 1 de marzo de 2020 aseguró que no había razón para la «ansiedad indebida» y que el «riesgo general» del coronavirus era bajo, no impuso una orden de «quedarse en casa» (confinamiento parcial) hasta 3 semanas después, pero la curva seguiría en ascenso hasta alcanzar su pico en abril, con 500 fallecidos al día.
«UN ENORME ERROR»
El alcalde neoyorquino, Bill de Blasio, consideró que el de hoy es un «día para reflexionar» y lamentó que no se impusiera antes la orden para que la población general, a excepción de los trabajadores esenciales, se quedara en casa: «Eso fue un enorme error. Deberíamos haberlo hecho inmediatamente. Gracias a Dios que sucedió», afirmó hoy en rueda de presa.
«Este ha sido el año más largo de la historia de la ciudad», declaró De Blasio, que agradeció el «heroísmo» y «fortaleza» de los ciudadanos en una lucha que todavía no ha acabado. Pese a que la capacidad de testeo se ha multiplicado hasta casi 200.000 por día, es impensable salir a la calle sin mascarilla y los hospitales están reforzados para poder respirar.
Las autoridades se afanan en hacer accesibles a los grupos más vulnerables de la población -mayores, sanitarios, personas con condiciones médicas- las vacunas anticovid, cuyo efecto parece verse reflejado en el descenso de personas contagiadas, hospitalizadas y fallecidas desde el último pico de enero, posterior a las fiestas navideñas.
MÁS VACUNAS
Donde hace unos meses se instaló el mayor hospital de campaña, en el centro de convenciones Javits de Manhattan, hoy se encuentra un centro de vacunación 24 horas; y en las residencias de mayores por donde el virus corrió como la pólvora al inicio de la crisis, lo que ha desatado una polémica sobre su gestión, ya predominan los ancianos inmunizados.
«Nuestro esfuerzo continuado para poner pinchazos en los brazos está generando un creciente número de sitios en los que pueden vacunarse los neoyorquinos, pero vamos a necesitar más suministro para llegar a suficientes residentes y poner freno serio al contagio del virus», llamó hoy Cuomo al Gobierno federal, que distribuye las dosis entre los estados.
«Han sido unos 365 (días) increíblemente largos y hay más por delante, pero los neoyorquinos han mostrado ya una perseverancia y dureza sin precedentes durante esta pandemia, ahora simplemente tenemos que llegar a la luz al final del túnel», agregó Cuomo, hoy inmerso en la reapertura del sector cultural del estado, el último en hacerlo y el más golpeado.