El periodista nicaragüense Ramón Potosme, de la etnia indígena Chorotega, dejó su oficio y junto a su esposa, la también comunicadora Rótsen López, fundaron un vivero orgánico con el fin de rescatar plantas terapéuticas con miles de años de antigüedad, casi extintas en este país centroamericano.
Desde hace seis años crearon el vivero Nambume (que en lengua Chorotega significa «corazón»), dedicado a la producción y venta de plantas medicinales, ancestrales, culinarias, cítricos, ornamentales, entre otras, explica a Efe Potosme, de 33 años, orgulloso de sus orígenes.
Sus antepasados, cuenta, fueron curanderos, parteras o bien se dedicaban a la medicina natural.
Y de su padre, afirma, aprendió a mantener una «relación de amor» con las plantas, porque luego regresaban ese «cariño» en medicinas.
Por eso, en su vivero, ubicado en la comunidad Cañas Blancas, municipio El Rosario, departamento de Carazo, 54 kilómetros al sureste de Managua, le habla a las hierbas, le pide permiso para poder trasplantarla, y promete cuidarlas a cambio de que crezcan hermosas.
Esa es parte de la ceremonia que realiza la pareja de periodistas que con orgullo cuentan que montaron ese vivero con el fin de conservar y promover el uso de plantas ancestrales terapéuticas con fines medicinales.
«Le decimos que se porte bien, que crezca bonito, que le voy a dar amor y que la voy a cuidar. Le hago una promesa y le pido algo», asegura Potosme, cuyas prácticas se remontan a los Chorotega, un grupo étnico originario de Honduras, Nicaragua y Costa Rica.
La idea con el vivero, de acuerdo con la pareja de periodistas, era crear un emprendimiento que se remontara a los orígenes de la familia Chorotega de Potosme, quienes fueron curanderos, parteras o se dedicaron a la medicina natural.
De sus antepasados aprendió un sinnúmero de conocimientos y el valor curativo de las hierbas.
Además, tener un trabajo digno que les permitiera obtener ingresos y conservar las hierbas medicinales que por miles de años han sido usadas por los indígenas locales.
Plantas como el Cihuapate, que en lengua Nahualt significa planta para aliviar dolores menstruales; el Totoquelite, para aliviar la tos; o la hierba xiauitl zompelic, que es una planta dulce, casi extinta en el país y que se ha utilizado en Nicaragua por años para problemas respiratorios, para hacer sirope o endulzar medicamentos, son algunas de las matas que el Nambume ha conservado y promovido.
El Nambume, que es 100 % orgánico, libres de pesticidas, también tratan de entablar una relación afectuosa entre los cuidadores y las plantas, de acuerdo con los comunicadores.
Cuando en el vivero se trabaja con una hierba, se realiza bajo una «relación de amor», se «habla con ellas, se trata de amarlas, de cuidarlas, de mimarlas, según el ambiente donde corresponde», según dice Potosme.
«Hago esto porque es un recuerdo de mi papá. Él decía que uno tenía que pedirle permiso una planta para poder quitarle una rama, para poder quitarle una hoja, porque ella misma te entregaba la medicina», señala.
Entonces, «cuando la traslado de un lugar a otro, quiero que ella (la planta) entienda que sé lo que estoy haciendo y que quiero algo mejor para ella».
Además de decirles «cosas bonitas al oído», continúa, también es esencial plantarlas con las fases de la luna, especialmente en luna llena o menguante, por las «fuerzas que ejerce la luna sobre la tierra, sobre nosotros como seres vivos y, por supuesto, sobre las plantas».
El jardín de Nambume también se especializa en otras hierbas tradicionales como la ruda, el zacate de limón (Cymbopogon citratus), hierbabuena (Mentha spicata ), albahaca (Ocimum basilicum ), la menta, entre otros.
En la actualidad el vivero tiene unas 20.000 plantas en inventario, más de la mitad medicinales, con 72 variedades comerciales, siendo las terapéuticas el producto emblemático por ser de origen antiguo.
Entre 3.000 y 5.000 plantas producen mensualmente el vivero, con valor desde un dólar hasta más de 30 dólares.
Las más solicitadas son las hierbas comestibles, medicinales y aromáticas, plantas de sombra e interior; y en porciones pequeñas, plantas frutales y ornamentales.
EFE.