La Paz, 9 agosto de 2021.- Saphi o raíz es el nombre que le se asignó este lunes a la momia de una niña inca tras un ritual «sutiyaqi» o de nombramiento, según las creencias andinas, tras la repatriación de esa reliquia que gestionó Bolivia en 2019.
La ceremonia se desarrolló en el Museo Nacional de Arqueología en La Paz y estuvo encabezada por el presidente del país, Luis Arce, y el vicepresidente, David Choquehuanca, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
«Ya no va a ser una momia sino que se va a llamar Saphi», mencionó Choquehuanca en su discurso que también explicó que su retorno hace dos años «no es casual» y se trata de un acto que tiene «mucha importancia» en procura de que las cosas «vuelvan a su lugar».
La niña-momia está relacionada con las torres funerarias que en tiempos precolombinos se construyeron en distintos puntos de la región andina, conocidas como chullpas, una práctica que, según se explicó, se aplicaba tras los decesos de personas importantes.
Los datos que proporcionó el Ministerio de Culturas establecieron que la niña inca pertenecía a la «nobleza aimara» del señorío Pacajes, un territorio ubicado en el departamento de La Paz, que vivió en el siglo XV y que llegó a Estados Unidos alrededor de 1890.
Los restos de la pequeña momia o Saphi fueron hallados en los depósitos de la universidad estatal de Michigan en Estados Unidos por un profesor universitario que luego tomó contacto con el Gobierno boliviano «para devolver a la niña a su lugar de origen».
La repatriación de esos restos patrimoniales se concretaron el 6 de agosto de 2019, se indicó en la ceremonia.
A su turno, el presidente Arce mencionó que a la niña-momia desde su llegada en 2019 «nunca se le dio su lugar y su espacio como corresponde» y que tuvo que ser el retorno del Movimiento al Socialismo (MAS) al Gobierno para «retomar» la identidad cultural y «reivindicar» al Estado Plurinacional de Bolivia.
El ritual de nombramiento de la reliquia con el nombre de Saphi, que en idiomas aimara y quechua significan raíz, se realizó en medio de varias manifestaciones ancestrales de los Andes e incluso se designó al mandatario del país como padrino de la reliquia.
Al comienzo se hizo una ofrenda a la Pachamama o Madre Tierra que consistió en la preparación de una especie de altar de leña sobre el que se pusieron algunas ofrendas como fetos de llama, hojas de coca, además de vino, alcohol y otros elementos a los que al final se les prendió fuego.
Ese ritual estuvo dirigido por sacerdotes o sabios aimaras que recitaron plegarias en su lengua nativa al mismo tiempo que quemaban incienso y hacían resonar instrumentos de viento.
El momento central se produjo cuando Arce y Choquehuanca develaron la urna de la niña inca Saphi junto a todos los instrumentos fúnebres que se encontraron en su tumba o chullpa.