San Salvador, 26 marzo.- La organización de derechos humanos Pro-Búsqueda, fundada en 1994 por el jesuita español Jon de Cortina, ha resuelto 455 casos de niños desaparecidos de 1.016 denuncias, y la mayoría han sido localizados con vida siendo adultos, según dijo a Efe este viernes una portavoz de la ONG.
La directora interina de la organización, Ana Julia Escalante, señaló que al 2020 «aún siguen en calidad de desaparecidos un total de 561 niños que ahora son adultos».
Escalante lamentó la «pasividad» y la «falta de interés» del Estado salvadoreño para la investigación de los casos de la niñez desaparecida durante el conflicto armado (1980-1992).
«Los gobiernos anteriores no respondieron a las necesidades de las víctimas y actualmente estamos haciendo es un llamado a las nuevas autoridades para que ahora que tienen una oportunidad de generar un cambio, rompan esa brecha que se ha venido trasladando de impunidad», manifestó.
Pidió que el actual Gobierno de Nayib Bukele y las instituciones correspondientes «retomen su responsabilidad en los temas de verdad, justicia y reparación. Tanto de investigar los diferentes casos de niños desaparecidos que se encuentran en los tribunales para devolver esa verdad a las familias, como de proporcionar las condiciones para que existan la justicia».
«Lo único que hemos visto es que se mantiene el ambiente de impunidad y de no evidenciar a quienes estuvieron detrás de todos estos hechos», agregó.
Las declaraciones de la directora interina de Pro-Búsqueda se dan en el marco de Día Nacional de la Niñez Desaparecida, que se conmemora cada 29 de marzo.
La estatal Comisión Nacional de Búsqueda de Niños y Niñas Desaparecidos durante el Conflicto Armado estipula que de los aproximadamente 10.000 desaparecidos que las organizaciones sociales calculan se dieron durante la guerra civil, entre 1.000 y 2.000 fueron niños y adolescentes.
Durante los 12 años de guerra, en la que se enfrentaron la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), ahora oficialista, y el Ejército de este país, financiado por Estados Unidos, murieron unas 75.000 personas y desaparecieron otras 8.000, según cifras oficiales.
