San Salvador, 25 mar – La Asociación Pro-Búsqueda de Niñas y Niños Desaparecidos, fundada en 1994 por el jesuita español Jon Cortina, notificó este martes que ha resuelto 475 casos de menores reportados desaparecidos en el contexto de la guerra civil de El Salvador (1980-1992), la mayoría localizados con vida en edad adulta.
Del total de casos, 296 personas ya se han reencontrado con su familia biológica en el país centroamericano, 87 han sido localizados por Pro-Búsqueda pero «todavía no dan el paso para reencontrarse con su familia» y 92 casos son de menores que fueron localizados muertos, detalló la investigadora Margarita Zamora, integrante de esta organización no gubernamental de derechos humanos.
La investigadora indicó que la asociación tiene 578 casos que están en investigación y búsqueda y otros 425 casos son de menores desaparecidos -ahora adultos- que están buscando a su familia biológica en El Salvador.
Zamora explicó a periodistas que muchos de estos casos son de menores que fueron dados en adopción o «simplemente entregados a personas de otros países» en el contexto del conflicto armado interno y provenían de familias víctimas de las cientos de masacres que se cometieron contra civiles o de familias desplazadas a refugios.
Las declaraciones de la investigadora fueron brindadas luego de una conferencia de prensa en San Salvador, donde integrantes de Pro-Búsqueda denunciaron el incumplimiento por parte del Estado salvadoreño de una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos (Corte IDH) en el caso de la desaparición forzada de dos niñas en 1982.
En marzo de 2015, la Corte IDH condenó al Estado salvadoreño por la desaparición forzada de las niñas Ernestina y Erlinda Serrano Cruz durante un operativo militar en 1982 conocido como la «guinda (huida) de mayo», en Chalatenango (norte).
La denuncia se hace a las puertas del Día Nacional de la Niñez Desaparecida, que se conmemora cada 29 de marzo.
La guerra salvadoreña, que se dio en un marco de pobreza, desigualdad social y represión militar y que estalló tras el asesinato de monseñor Óscar Arnulfo Romero (marzo, 1980), dejó 75.000 muertos, unos 8.000 desaparecidos y cientos de masacres de las que ninguna ha sido judicializada por el Sistema de Justicia salvadoreño.
Este conflicto enfrentó al Ejército salvadoreño y a la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), convertida en partido político de izquierda y ahora sin ninguna incidencia en el contexto actual del país.
EFE