Sao Paulo, 29 enero.- Una persona trans fue asesinada cada dos días en Brasil en 2020, lo que confirma al gigante sudamericano como el país donde más mueren transgénero, transexuales y travestis en el mundo, según apuntó un estudio divulgado este viernes.
Brasil registró 175 asesinatos de personas trans en 2020, lo que equivale a un aumento del 41 % frente a los 124 contabilizados en 2019, pese a la pandemia de coronavirus, que obligó a los Gobiernos a imponer restricciones de movilidad durante varios meses en todo el país.
Los datos fueron compilados en el Mapa de los Asesinatos de Travestis y Transexuales en Brasil, publicado por la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales (Antra) este viernes, cuando se celebra el Día Nacional de Visibilidad Trans.
Brasil encabeza así la lista de países con más asesinatos de trans, con casi más del triple de crímenes de este tipo registrado en México, la segunda nación en el ránking mundial, de acuerdo con los datos del Observatorio de Personas Trans Asesinadas, citado por Antra.
Por primera vez, el dosier no registró ningún caso de asesinatos de hombres trans.
PROSTITUTAS, NEGRAS Y DE LA PERIFERIA SON LAS QUE MÁS MUEREN
De acuerdo con Antra, la crisis de la covid-19 contribuyó para el aumento de la violencia contra mujeres trans en 2020, ya que un 90 % de ellas vive de la prostitución y se vieron obligadas a seguir trabajando para garantizar su sustento.
«Nuestras investigaciones estiman que cerca del 70 % de la población de travestis y mujeres transexuales no consiguió acceso a las políticas de emergencia del Estado, debido a la precariedad histórica de sus vidas», apuntó la organización en el informe.
Por otra parte, las restricciones de movilidad y los confinamientos hicieron que las personas trans fueran «nuevamente expuestas a la violencia doméstica», ya que muchas fueron forzadas a cumplir la cuarentena «junto a sus verdugos y algunos familiares que eligen ser intolerantes».
Asimismo, un 78 % de los trans asesinados en 2020 eran negros y residentes de zonas periféricas de Brasil, lo que expone el abismo de la desigualdad social y racial que impera en el país.
La estimativa de vida de una persona trans es de 35 años, aunque «ser negra, mujer trans o travesti, de la periferia, de favelas o del interior hace que esa media caiga mucho», destacó Antra.
Y es que, según el estudio, más de la mitad de las víctimas (56 %) asesinada en 2020 tenía entre 15 y 29 años, lo que refuerza la tendencia al alza de muerte prematura entre trans observada desde la década de 1980.
El estado brasileño con el mayor número absoluto de homicidios fue Sao Paulo, el más poblado del país, con 29 asesinatos, seguido de Ceará (22), Bahía (19), Minas Gerais (17) y Río de Janeiro (10).
Sin embargo, la región nordeste, una de las más empobrecidas del país, concentra la mayor parte de casos, con 43 % del total de muertes.
SUBNOTIFICACIÓN Y FALTA DE POLÍTICAS PÚBLICAS
Antra también denunció que los asesinatos de personas trans continúa aumentando debido a la ausencia de acciones del Estado, que «no implementó ninguna medida de protección a la población LGTB» incluso después de un fallo de la Corte Suprema que reconoció, en 2019, la homofobia como un delito similar al racismo.
Subrayó además que la «permanente incitación a la violencia por parte del presidente Jair Bolsonaro» y los miembros de su Gobierno contra «segmentos específicos de la población» genera «un ambiente de legitimación y diseminación entre la población de actos de violencia contra estos grupos».