En la madrugada del 9 de noviembre de este año fue capturado por personal de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, alias ‘Fredy Colas’, mando medio en la estructura criminal de la Oficina del Valle de Aburrá. Eso ocurrió en un procedimiento de rutina ya que, al parecer, una fuente había informado sobre la presencia del sujeto en una discoteca.
Fredy Alonso Mira Pérez es un criminal considerado como un subjefe (Underboss) del crimen organizado en el “Medellín Metropolitano”, denominación que le adjudicó Estados Unidos al incluirlo en la lista Clinton, al lado de ocho subjefes más entre los que se encuentra alias ‘Carlos Pesebre’ criminal carnetizado por el B2 del ejército colombiano.
Liberado ‘Fredy Colas’ por no tener orden de captura expedida en su contra
Cuatro horas después de haber sido capturado fue liberado e incluso escoltado a una vivienda por personal de la Policía Nacional, bajo la frase (excusa) “De pronto le pasa algo a usted, y después le echan la culpa a la Policía”, a lo cual él aceptó.
No es la primera vez que ‘Fredy Colas’ es nombrado por las autoridades, el 11 de agosto del año 2012, supuestamente fue aprehendido unas horas después de la detención de Ericcson Vargas, alias ‘Sebastían’, lo cual resultó un fiasco para la policía ya que el capturado fue Víctor Manuel Quintero Alzate, conocido como ‘Víctor Colas’, quien hoy paga condena.
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También fue detenido “en las afueras de una discoteca de El Poblado, cuando al parecer llevaba varias pastillas de éxtasis, una droga sintética”.
¿Por qué un criminal reconocido como ‘Fredy Colas’ no tiene ninguna orden de captura en Medellín Colombia, pero está en la mira de la DEA y el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos?
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Son varias las hipótesis que se tejen sobre la falta de efectividad y compromiso de un sector de la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación, lo claro es que lo sucedido con ‘Fredy Colas’ no es el primero ni será el último de los casos donde subjefes o jefes, ya sean de la Oficina del Valle de Aburrá o de los ‘Urabeños’, que figuran sin órdenes de captura, lo anecdótico es que Estados Unidos sí sepa quiénes son y el grado de importancia que tienen en el crimen organizado nacional e internacional.
¿Será que no existe un nivel de cooperación fuerte entre las autoridades colombianas y las de Estados Unidos, para que la Meval no reconozca a los criminales, los investigue y los capture?
Primera hipótesis: La inteligencia de la Sijín y la Fiscalía ha dedicado sus esfuerzos tácticos y estratégicos a realizar operativos sobre todo mediáticos para mostrar efectividad, en donde se capturan personas de bajo rango y luego se les sube el perfil para dar sensación de alta jerarquía en el crimen organizado, así mismo, realizan decomisos de poca monta, salvo algunas excepciones.
Segunda hipótesis: Hay un choque de trenes en la inteligencia de la Sijín y la Fiscalía, incluso celos profesionales y afán de protagonismo, lo que lleva a que se entorpezca cualquier investigación. Esto significa la realización de campañas de ocultamiento de información y desinformación, así mismo, se hace inteligencia y contrainteligencia, no a los criminales como debería ser, sino a quienes trabajan honestamente en la institucionalidad.
Tercera hipótesis: Los que ejercen el mando, por ejemplo, el comandante de la Meval o los directores de la Fiscalía en Antioquia, podrían no estar exigiendo resultados a sus subalternos, tampoco estarían verificando la información recogida ni el avance en las investigaciones que se adelantan.
Un caso de negligencia evidente que tiene nombre propio es el del brigadier general José Ángel Mendoza Guzmán, quien a pesar de llevar dos años al frente de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá (Meval) y conociendo la trayectoria delincuencial de ‘Fredy Colas’, y otros criminales de peso, no ha tomado correctivos en los procedimientos y protocolos para que la Sijín sea efectiva a la hora de investigar, procesar la información y capturar a los criminales para ponerlos a disposición de la Fiscalía General de la Nación.
Cuarta hipótesis: Todas las anteriores hipótesis sirven para fortalecer esta última. La estrategia de seguridad basada en captura y decomiso no ha dado ningún resultado efectivo, tan solo son acciones mediáticas para mostrar efectividad y dejar la sensación en la ciudadanía de que se está trabajando arduamente.
Y el choque de trenes entre instituciones como la Fiscalía y la Policía, los celos profesionales y el protagonismo, no permiten la coordinación efectiva de los organismos de seguridad e investigación. Además, es claro que falta quien direccione, coordine y exija resultados, se adolece de un mando institucional que vaya más allá de la búsqueda de un ascenso. Por lo tanto, es urgente hacer la reingeniería institucional
Lo expuesto anteriormente perjudica la consecución de resultados serios y contundentes que permitan desmantelar estructuras criminales, donde se puede llevar a buen recaudo a miembros de esas organizaciones, tales como jefes, subjefes, soldados y financiadores, igualmente a que se identifiquen y confisquen sus bienes e ingresos económicos. Sin embargo, estos hechos como lo ocurrido recientemente con Freddy Cola, parecieran tener otro aroma: corrupción.
Es urgente la depuración de la institucionalidad, lógicamente la limpieza debe iniciarse en la policía, pues demuestra hasta la saciedad la existencia de connivencia y nómina paralela con el crimen organizado, dos flagelos que le hacen un daño enorme a cualquier institución del Estado, en especial a la policía nacional de Colombia, la encargada de velar por la vida, bienes y honra de los colombianos.
La Dirección General de la Policía se muestra molesta por el uso de los términos, cartel de oficiales y ‘Polibandas’ (bandas ilegales cuyos miembros son policías activos) pero hacen nada para cambiar esa realidad, es una verdad que la criminalidad, cual enfermedad viral, se está tomando este cuerpo institucional, principalmente su cabeza.
El caso que se presenta a continuación es el relato del Teniente Nestor Porras Montero, miembro de la policía nacional, asesinado posteriormente, Porras, muestra la existencia del cartel de los oficiales, «El paramilitarismo en la Policía Nacional«
En la grabación Confesión de un policía el ahora occiso habla entre otras cosas, de 150 asesinatos aproximadamente, casas de tortura y la masacre del edificio Budapest, en la ciudad de Medellín, donde personas inocentes fueron asesinadas por un grupo élite de dicha institución. La grabación le fue entregada a CORPADES, por una persona que prefirió guardar el anonimato, la cual vivió en carne propia la guerra del cartel de Medellín contra el Estado y sus aliados ‘Los PePes’.
Cuándo se anunció que se presentaría la grabación inédita a los medios de comunicación, inmediatamente se activo un operativo de «Fuerzas oscuras» quienes trataron de robar dicha información, eso coincidió con el intento de robo a la Ong IPC (Instituto de Capacitación Popular).
Sin la ‘Protección Oficial’ que brinda la nómina paralela (funcionarios y servidores públicos al servicio de mafias y paramilitares asociados) sería imposible que el crimen se consolidara en la forma que lo ha hecho en Medellín y el resto del Valle de Aburrá. Muchos casos demuestran que sí hay negligencia, connivencia y nómina paralela y es una hipótesis que trataremos de desarrollar pues es ahí donde podría estar el quid del asunto, y se podría, por fin, resolver el interrogante: ¿por qué el crimen le está tomando delantera a la institucionalidad y en especial a la policía?
“El enemigo de mi enemigo es mi amigo”
Desde la época de Pablo Escobar ya existían serios indicios de que la criminalidad había infiltrado sectores de la institucionalidad, en especial la policía, pareciera ser que la nómina paralela desde la época de Griselda Blanco, alias la «Madrina», ha sido hereditaria en Medellín y el resto del Valle del Aburrá, varios ejemplos sustentan la expuesto:
1. Los PEPES (Perseguidos por Pablo Escobar)la alianza paraestatal que unió a los enemigos de Pablo Escobar, eso incluía a la policía nacional, tal como lo evidenció en su momento el teniente Porras, quien posteriormente fue asesinado, y el ahora detenido ex coronel Hugo Aguilar.
Así mismo, ¿Será que se podrán olvidar las actuaciones del asesinado coronel de la policía, Dánilo González, criminal de extrema crueldad? y ¿Qué pasó con las investigaciones que se le deberían haber realizado a oficiales que participaron en la llamada Guerra al cartel de Medellín , los cuales lograron pasar a buen retiro con una carga criminal en sus conciencias (si la tienen) como única sanción?
2. El proyecto Orión (Operación Orión) donde se dio la alianza paraestatal entre la mafia, el paramilitarismo, sectores del ejército, policía y DAS, bajo el pretexto de eliminar los bastiones de la guerrilla y las milicias en la Comuna 13 y la Loma San Cristóbal, demostrando que su verdadero objetivo era sembrar de paramilitares a Medellín y el resto del Valle de Aburra. Uno de sus legados más aterradores fue la«Escombrera».
3. La guerra de la oficina la«Terraza» contra alias “Don Berna”, los Castaño (ACCU) y sectores de la policía y el ejército.
4. La guerra entre elBloque Metro contra el Bloque Cacique Nutibara de las AUC, episodio de la guerra urbana que mostró hasta donde habían penetrado los tentáculos del crimen en la policía y ejército, entre otros.
5. Las actuaciones criminales delgeneral Santoyo, del mayor Manrique, del mayor Largo, y del teniente Esneider Villegas, entre otros.
6. La guerra urbana entre alias ‘Valenciano’ y ‘Sebastián’,jefes de la Oficina del Valle de Aburrá, evidencio el favorecimiento de un sector de la institucionalidad con ‘Sebastián’, lo que permitió el triunfo militar sobre su enemigo ‘Valenciano’.
Tres casos emblemáticos que merecen mención aparte:
- La libertad concedida a Carlos Alberto Zapata Herrera, alias «Camilo» o «Carracas», un ex agente del Gaula de la Policía que es miembro activo de la Oficina del Valle de Aburrá, que al lado de la de otros dos ex policías que también aparecen sin orden de captura, alias ‘Careguayo’ y ‘Orión’, este último conocido también con el mote de ‘García’, siguen delinquiendo en la ciudad.Informe completo en el periódico el Colombiano, Libertad para ex policía sospechoso de participar en la desaparición de Vicente Castaño
En la actualidad, alias ‘Camilo’ continua teniendo fuerte influencia criminal en la Oficina, al parecer, es uno de los eslabones perdidos que demostrarían la relación entre un sector de la policía y la Oficina del Valle de Aburrá. Cabe recordar que este criminal fue el discípulo de Santoyo y Manrique, dos ex oficiales que estuvieron en la Dirección Antisecuestro.
- La connivencia criminal entre parte de la institucionalidad y Freyner Alfonso Ramirez, alias‘Carlos Pesebre’ , aparentemente protegido de un sector del B2 (Inteligencia) del ejército nacional y, al parecer considerado por la Fiscalía como patrón de policías en Medellín y de decenas de funcionarios públicos, ya que en un extracto del periódico El Colombiano, del 24 de marzo del 2013, se anota:
Dentro de las revelaciones en el estrado del Juzgado Segundo Penal Municipal Ambulante de Antioquia, la Fiscalía hizo énfasis en una que involucra a decenas de funcionarios públicos: “Miembros de la Policía, el Ejército, CTI, fiscales, Sijín, empleados de la Rama Judicial han trabajado para ‘Carlos Pesebre’, tal es el grado de corrupción que genera esta organización”.
Luego leyó el correo enviado por un informante al que le dio credibilidad, según el cual “‘Pesebre’ es el patrón de los policías en Medellín». Agregó que al parecer los sospechosos usan cédulas a nombre de terceros obtenidas en la Registraduría, incluso al buscar en esa entidad «la tarjeta alfabética del señor Freyner no aparecía».
Debe recordarse, además, que el 11 de enero del año 2014, AnalisisUrbano.com y la ong Corpades, denunciaron que presuntamente existían vínculos entre miembros de la IV Brigada y ‘Carlos Pesebre’.
– Y la captura de Gabriel Jaime Jaramillo Rodriguez, alias “Gabrielito”, presunto lugarteniente de alias ‘Monín de Barbosa’ o ‘Mono Picacho’, jefe de varios grupos de las ‘Convivir’ en la Comuna 10. El día de su captura, nuevamente, se evidenció que algo andaba mal: el sujeto fue enviado a la casa con detención domiciliaria y brazalete electrónico, al parecer hasta ese momento no tenía orden de captura.
Las anomalías no terminan allí, el brigadier general José Ángel Mendoza Guzmán, en un acto de irresponsabilidad a los cuales tiene acostumbrada a la opinión pública, sale a decir que alias ‘Gabrielito’ era ‘Gabriel Paraco’ uno de los jefes de los ‘Urabeños’ lo cual terminó siendo una mentira, un nuevo fiasco se coronaba la Meval y por consiguiente también la Sijin, y todo por no investigar antes de especular.
Y todo lo anterior sin nombrar el nuevo asunto Fredy Colas.
Un caso vergonzoso que deja en ridículo a la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá (Meval)
«Sobre él y sobre los actos que se le indilgan hay procesos de investigación que están todavía en curso, pero no hay orden de captura emitida ni decisión judicial al respecto. Luego de verificar que en ninguna condición figuran pendientes judiciales el sujeto es liberado y entregado a sus familiares y su abogado en su residencia», aseguró Mendoza.
Así mismo, el alto oficial confirmó que alias «Fredy Colas» es integrante de la Odín Caicedo al servicio de «la Oficina», pero indicó que había «que liberarlo, pues no existían requerimientos judicial y no es posible mantenerlo en condiciones de retenido», agregó. (El Colombiano 9 de noviembre de 2014, «Había que liberar a ‘Fredy Colas»)
La captura y posterior liberación de Fredy Alonso Mira Pérez, alias ‘Fredy Colas’ mostró para qué sirven las actuaciones mediáticas cuando se utilizan cámaras y micrófonos como trincheras para combatir el crimen en el Valle de Aburrá.
Es claro que el trabajo policial está acéfalo desde hace varios años, pero ahora se evidencia más esa realidad, una realidad que se quiere ocultar con ‘Falsos Positivos’ y operativos sobredimensionados como los supuestos «Desmantelamientos» de bandas como los «Chivos» y los «Pájaros Pesebreros’ o la declaratoria de guerra a los «Chatas» de Bello.
Hace más de una década se conoce sobre la existencia de ‘Fredy Colas’ y su alcance en el mundo del crimen, pero lo concreto es que no se investigó ni se aportó a la judicialización desde la Sijin Meval, porque no había voluntad ni compromiso de hacerlo, tal vez por esta razón los operativos tienen resultado solo cuando se hacen desde la Dijin en Bogotá, sin consultar a la Meval.
Parecieran saber más los medios de comunicación que la inteligencia policial en el Valle de Aburrá, según la publicación de Semana del 9 de noviembre de este año, «Fue así como entraron en el radar de la lista Clinton sujetos que para los ‘gringos’ antes eran unos completos desconocidos. En ese orden aparecen Juan Carlos Mesa Vallejo, alias ‘Carlos Chata’, apodo que viene de un combo que controla vacunas y los homicidios en el municipio de Bello, en Antioquia.
También están en la lista Diego Alberto Muñoz Agudelo, alias ‘Diego Chamizo’; Rubiel Medina Cardona, alias ‘Mono Amalfi’; Didier de Jesús Ríos López, alias ‘Tuto’; Edinson Rodolfo Rojas, alias ‘Pichi’ y Julián Andrey González Vásquez, alias ‘Barny’, un hombre que, luego de la captura de ‘Sebastián’, tomó las riendas de la organización, según lo ha declarado la Policía en varias oportunidades» (Revista SEMANA del 2014/11/09 «Autoridades liberan a capo de la ‘Oficina’ de Envigado»)
AnalisisUrbano.com ha recibido informaciones de que la captura de alias ‘Fredy Colas’ fue motivada por no pagar la «Protección Oficial», sin que esto signifique que el operativo rutinario, por parte de los miembros de la policía de vigilancia que realizaron el procedimiento, estuviera implicado con el no pago del «Favor», al parecer, esta fue una labor sin corrupción y normal.
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Las dudas caen sobre lo que sucedió antes, durante y después de la captura de ese criminal, las cuales deberían ser resueltas por la Meval, dudas que hoy adquieren más fuerza a partir de lo denunciado por El Tiempo: «Mientras las autoridades aceleran su eventual judicialización, agentes federales chequean tres llamadas que ‘Fredy Colas’ habría hecho desde las instalaciones de la Sijín. Se cree que, además de su abogado, en una de estas contactó a una persona que gestionó su salida en menos de cuatro horas”
¿Será por eso que alias ‘Camellete’ quien se mueve entre el barrio el Poblado en Medellín y el municipio de Envigado, cuenta, al parecer, con una escolta integrada por cinco miembros de la policía nacional?
¿Será por eso que lugartenientes de ‘Fredy Colas’, como alias ‘Kilin’ y alias ‘Chamizo’ no son investigados y mucho menos vistos?
¿Será por eso que los alias ‘Mao Tatuajes’, ‘Kiko’, ‘Camilo el Grande’, ‘Carlos Chata’, ‘Gabriel Paraco’ y ‘García’ pueden vivir tranquilamente sin ser molestados?
Y Para finalizar, hoy el periódico el Colombiano afianza lo argumentado con la siguiente inveestigación: «Alianza mafiosa amenaza la zona Norte» donde informan que ‘Gabriel Paraco’ se mueve por la región apoyado por miembros de la fuerza pública, en carros blindados
En resumen, no cabe duda de una sola cosa: la Nómina Paralela aceita la seguridad del crimen organizado… no vaya ser que de tanta grasa terminen todos resbalando.
Tema relacionado que demuestra que el poder criminal seduce a miembros de la oficialidad de la fuerza pública en Colombia:
En la mañana de hoy 11 de noviembre fue capturado alias el ‘Capi’ quien fuera capitán del ejército y estuvo en la guardia presidencial, teniendo la responsabilidad de proteger al presidente de la República, hoy aparece como uno de los comandantes de la parte financiera de los ‘Urabeños’ al parecer estaba en la seguridad de alias ‘Gabriel Paraco’.