Cáceres (España), 15 de abril de 2024.- La directora ejecutiva del comité español de la UNRWA, Raquel Martí, manifestó este lunes que su mayor temor es las «amenazas israelíes de invasión terrestre de Rafah», en el sur de la Franja de Gaza, donde se hacinan 1,5 millones de personas, pues provocaría «una carnicería mayor» que estos seis meses de guerra.
La situación de la población en Rafah, «en tiendas de campaña sin condiciones higiénico-sanitarias para poder vivir», está provocando que unas 300.000 personas «sufran diarreas agudas producidas por la ingesta de agua contaminada», aseguró en declaraciones públicas esta responsable de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos.
El motivo, según explicó, es que Israel «cortó» las conducciones de agua y han tenido que beberla «sucia».
Igualmente, se están propagando entre la población enfermedades como la hepatitis, también cutáneas, e infecciones respiratorias, además de que los habitantes tienen dolencias crónicas (diabetes, enfermedades cardiovasculares o cáncer), y sin acceso a los tratamientos «porque se bloquea la llegada de medicinas».
«De momento, no se prevé que vaya a haber un alto el fuego. Y Gaza depende totalmente de la ayuda humanitaria», declaró. «Nunca se había visto tal grado de destrucción», sintetizó.
Citó a Médicos Sin Fronteras y la Organización Mundial de Salud (OMS), pues aseguran que «nunca habían visto ese número de víctimas en hospitales; sobre todo el número ingente de niños con heridas gravísimas».
Según Martí, como escasean los recursos sanitarios, porque «Israel ha prohibido muchos productos contra el cáncer, e incluso anestésicos», se da la circunstancia de que «se están teniendo que amputar miembros a una media diaria de 10 niños sin anestesia».
«Y no porque esas heridas obliguen a una amputación, sino porque, como no hay medicamentos para evitar infecciones, esa es la única solución» para evitar una septicemia.
También indicó que el hambre ya es una de las causas principales de muerte en Gaza: «Los hospitales están recibiendo casos de niños absolutamente desnutridos, en los huesos, y es debido a este bloqueo de entrada humanitaria», sobre todo en el norte de Gaza, donde Israel «prohíbe» a UNRWA y otras organizaciones distribuir alimentos y «bloquea» los convoyes de ayuda.
UNRWA tiene ahora mismo acogidas en sus instalaciones un millón de personas, mayoritariamente mujeres y niños que han sido desplazados por los bombardeos.
EFE