Velatón por la muerte de Juan Pablo

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A las 11:05 p. m. del 11 de noviembre, en el barrio La América, fue asesinado Juan Pablo Aguilar Castro, un joven de 19 años de edad. Análisis Urbano publicó la noticia el 13 de noviembre: «Sentado en la banca de un parque de la América asesinaron a Juan Pablo Aguilar». La tristeza embarga a familiares y amigos.

¿Quién era Juan Pablo?

Quienes lo conocieron cuentan que era un joven juicioso, noble, respetuoso,  trabajador, inteligente, estudioso y buen hijo. Cursaba segundo semestre de Derecho en la Universidad de Antioquia, aunque su plan era cambiarse para Psicología en enero de 2019. También era bilingüe, por lo que estuvo trabajando en un call center; luego administrando el bar de un hostal en el barrio El Poblado; después se puso a vender productos naturales con un amigo. También era deportista y practicaba fútbol americano.

Alejandro Aguilar, su padre, un expolicía, narra con nostalgia cómo vivió los últimos días al lado de Juan Pablo, quien en una ocasión le dijo: «Pa, la gente habla conmigo y se pone a llorar, varias veces me pasa que voy en el metro y veo a la gente muy aburrida; me pongo a hablar con ellos y salen llorando».

La tristeza de no poder verlo realizar su proyecto de vida embarga a su padre. Dice que no  abriga odio, mucho menos sed de venganza. «No, ánimos de venganza no tengo, porque yo creo que él me transmitió todo eso, la bondad que él tenía… de verdad que sí, no sé por qué, pero yo creo que esa era una misión que él tenía para ayudarnos a nosotros, sobre todo a mí y a la mamá para organizar muchas cosas de nuestra vida, pero es algo muy triste, de verdad que sí», afirmó.

Los hechos que rodearon la muerte de Juan Pablo son  extraños; ese día, relata su padre: «Juan Pablo salió temprano a hacer sus vueltas, habíamos quedado en la noche de reunirnos con unos amigos e ir a Altavoz, al concierto de rock que había en Medellín». A las 6:38 p. m., por chat, le dice: «Voy a comer y le caigo… ¿o dónde nos encontramos para ir allá?». El padre le responde: «Ahora nos pillamos; puede ser por allá». Juan Pablo le responde: «Si algo, me dice, para que me saque un buso».

A las 7:40 p. m. lo llamó de un minutero y le dijo: «Pa, ¿sabe qué?, más bien vamos mañana porque yo me voy a parchar por acá con Carlos; voy a estar aquí en El Poblado, más tarde voy a cambiarme a la casa y nos vemos».

A las 8:30 p. m. le escribió su amigo de la infancia, Daniel, y le dijo que le llegara al parque del Ajedrez, que necesita hablar con él. La familia cuenta que Juan Pablo nunca había ido a ese sector y menos a ese parque. Cuando los jóvenes llegan al sitio notan que alguien los miró feo y decidieron irse en la moto para otra parte. Llegaron al parque del Manicomio, ubicado en La América. Según versiones de su amigo Daniel, Juan Pablo se sentó en la banca y un taxi que venía en contravía se acercó y del automotor descendieron dos sujetos, uno tenía un revolver y, sin mediar palabra, le disparo a Juan Pablo y luego procedió a dispararle a él, pero no alcanzó a impactarlo.

Alejandro recibió una llamada de un amigo a la 1:30 a. m. contándole lo que había sucedido.

Hasta el momento se ha podido establecer que el taxi, que contaba con monitoreo satelital, estuvo en el sector merodeando, pero nunca en el sitio donde mataron a Juan Pablo. El vehículo fue abandonado posteriormente a la entrada del barrio El Socorro. En este quedaron abandonadas dos gorras y seis vainillas de munición calibre 38.

Frente a este extraño hecho que culmina con el asesinato de un joven inocente, la familia pide a la Fiscalía General de la Nación que investigue a fondo lo sucedido. «No puede ser normal que en Medellín se asesinen personas inocentes y sus muertes queden en la total impunidad», manifestó Alejandro.

El 13 de noviembre se realizó una peregrinación al sitio donde fue asesinado Juan Pablo, muchas personas asistieron portando velas que encendieron allí.

Mientras avanzan las investigaciones, el 1 de diciembre, a las 8:00 p. m., la familia y amigos de Juan Pablo harán una velatón. Por medio de redes sociales han convocado a la ciudadanía de Medellín para que los acompañe; incluso extendieron invitación, por medio de una carta, a Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín, y a Óscar Gómez Heredia, brigadier general de la Policía. Desde Análisis Urbano esperamos que asistan, sería un buen mensaje para la ciudad y su ciudadanía.

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