Las autoridades avanzan en la investigación del asesinato del taxista Fernando Alberto Rojas Bedoya, de 51 años, quien fue ultimado por un sicario motorizado en el cruce de la carrera 32 con calle 45, barrio Gerona, de la comuna 9 de Medellín, Buenos Aires.
El pasado miércoles 27 de mayo, a la una de la tarde, Rojas Bedoya salió de una tienda luego de comprar algunas cosas, subió al taxi que conducía y arrancó a baja velocidad. El sujeto que lo mataría lo aguardaba en el semáforo. En ese momento llovía, por lo que llevaba puesto un impermeable de plástico. El asesino, con la mano puesta en el arma de fuego que llevaba en el cinto, miraba por los retrovisores esperando a que llegara su víctima.
El taxi se detuvo una fracción de segundo, pero avanzó hasta el semáforo. El homicida quedó justo al lado de la ventanilla del copiloto. Sacó el arma y le disparó en tres oportunidades.
Fernando intentó escapar. Abrió la puerta del taxi, pero no lo logró. El sicario guardó de nuevo el arma en la cintura y sin esperar el cambio del semáforo giró a la derecha y se perdió en la ciudad.
Sus familiares llegaron a los pocos minutos a la escena del crimen. Describieron a Fernando como una buena persona, trabajador y responsable con sus dos hijos. No le conocían enemigos ni sabían de amenazas.
Sin embargo, las autoridades señalaron que podría tratarse de una venganza, por el modo en que ocurrieron los hechos y por los primeros indicios recopilados.
