Miami (EE.UU.), 8 agosto de 2025.- Su apariencia adorable y la viralización en redes sociales han convertido a los capibaras en uno de los animales de moda, un tirón que ha aprovechado el ‘Café Capibara’ en Florida para permitir a sus visitantes cuidar y aprender acerca de estos roedores gigantes, a la par que apoyan proyectos de conservación.

Con dos establecimientos abiertos en el estado de Florida, uno de ellos en San Agustín, la ciudad más antigua de todo Estados Unidos, el Café Capibara ha acumulado tal demanda de visitantes que ya está planeando la que sería la tercera apertura en menos de un año.

«No esperaba que fuera a ser tan popular, pero gracias a ello, ahora podemos ayudar a otros. Al principio lo abrimos para financiar nuestro santuario», dijo a EFE Stephanie Angel, dueña de estas cafeterías tan peculiares.

Prueba de ello son las alrededor de 200 personas que dice que acuden a diario a cada uno de los establecimientos -el segundo se encuentra en Saint Petersburg-, con ánimo de interactuar con los capibaras.

Encuentros de 30 minutos con los capibaras  

Cada uno de estos encuentros, que debe reservarse con antelación y asciende a unos 50 dólares por persona, se extiende por unos 30 minutos.

En ese tiempo, los visitantes acceden a una sala especialmente decorada en la que les esperan los capibaras, correteando de un lado a otro en busca de la comida que les ofrecen los recién llegados, mientras un experto explica los comportamientos de estos populares roedores.

«El capibara es mi segundo animal favorito», se afanaba en repetir una niña, al tiempo que aproximaba al suelo su mano, en la que el experto había depositado una mezcla de frutas troceadas, para que uno de los capibaras se acercara a ella y su madre pudiera tomar una fotografía.

En el otro extremo de la sala, un joven disfrutaba de manera más comedida la experiencia, en contraste con «lo emocionado» que estaba antes de entrar, según dijo a EFE, por poder al fin contemplar y acariciar a estos animales peludos.

Los capibaras son los roedores más grandes del planeta, con una altura aproximada de 1,3 metros, y llegan a pesar unos 79 kilos. Endémicos de bosques y humedales de Sudamérica, su carácter social y tranquilo los ha convertido en un fenómeno viral reciente, que se ha extendido más allá de internet y abarca peluches, mochilas o estuches con su forma.

Duermen en un santuario

Café Capibara cuenta con doce de estos roedores a su disposición, que son trasladados a diario desde el Santuario Animal Noah’s Ark en donde pernoctan junto a lémures, ualabíes, armadillos o puercoespines.

Los capibaras, explicó Angel, fueron rescatados o les fueron entregados por zoológicos, y cuando no están en el café, descansan en el santuario junto al resto de animales. El propósito del recinto, matizó, es acoger a animales y rehabilitarlos

«Un zoológico tiene fines de lucro. Cuando nosotros ganamos dinero, lo reinvertimos en la comunidad, en investigación y educación. Cada semana donamos a un nuevo santuario o a una organización sin fines de lucro», precisó.

Y agregó que no obligan a los capibaras a subir al vehículo que los transporta hasta los cafés, sino que «si los animales no quieren ir, no tienen que ir. Así que a veces tenemos 6 capibaras, a veces 5, otras 4, porque todos tienen libertad de elección».

Además del dinero que recaudan con los encuentros con los capibaras, el establecimiento en San Agustín también vende camisetas, peluches y tazas de capibaras, y es que a pesar de su nombre, no es una cafetería en el sentido más estricto de la palabra, y no ofrece café o comida mientras se está con los animales.

Gracias a ello, Angel indicó que están costeando un nuevo santuario que espera que haga las delicias de sus animales.

«El año que viene la gente podrá venir al santuario», concluyó la mujer.

Hugo Barcia

EFE

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