Cali (Colombia), 28 abril de 2024.- En Cali se respira un ambiente de esperanza y «reconciliación» se ha vuelto la palabra más común al cumplirse tres años del paro nacional, las masivas protestas que sacaron a decenas de miles de personas a las calles, sobre todo jóvenes de esta ciudad del suroeste de Colombia.
Atrás parecen ya los dos meses de intensa violencia y ahora se reconstruye el tejido social que había quedado en las cenizas.
La protesta, que inició el 28 de abril de 2021 como rechazo a la reforma tributaria del expresidente Iván Duque y se extendió varios meses, fue protagonizada por miles de jóvenes que, acechados por la falta de oportunidades, el desempleo y las altos costes de vida, bloquearon la ciudad en 26 puntos “de resistencia” pidiendo oportunidades.
Durante esos días, según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, (Indepaz), más de 80 personas murieron de manera violenta en Colombia, la mayoría por represión policial, y se estima que 46 de ellos fueron en Cali.
Oportunidades de las protestas
Sin embargo, en medio del caos, nacieron iniciativas como ‘Compromiso Valle’, una apuesta liderada por empresarios vallecaucanos que escucharon a esos jóvenes y les dieron oportunidades para salir de la crisis.
Propacífico, la fundación privada sin ánimo de lucro que, junto al sector público y privado, impulsa proyectos de desarrollo integral y sostenible para Cali y el Pacífico colombiano, fue la canalizadora de esta apuesta que hoy es ejemplo internacional.
“El proyecto nació en abril de 2021, justo cuando la ciudad estaba colapsada e hizo que empresarios de todos los tamaños salieran a las calles a entender lo que estaba pasando. Ahí nos dimos cuenta que Cali tenía una narrativa de separación entre ricos y pobres, entre malos y buenos, algo que obligó a tomar acciones para la reconciliación”, cuenta a EFE María Isabel Ulloa, gerente ejecutiva de Propacífico.
En las reuniones con los jóvenes, ambas partes pudieron eliminar algunas barreras de miedo, rabia y desesperanza, apostándole a nuevas narrativas que hoy son sinónimo de progreso en las 21 comunas de la ciudad.
“Los empresarios fueron a esos sectores vulnerables a entender los retos que forja la desigualdad y los jóvenes pudieron entender el sentimiento de aquellos que por años han levantado empresa y se unieron”, indica Ulloa.
De acuerdo a la Cámara de Comercio de Cali, los bloqueos durante el paro nacional causaron afectaciones a la producción empresarial cercana a los 4 billones de pesos (unos mil millones de dólares).
Actualmente, Compromiso Valle ha generado más de 3.300 empleos, beneficiando a 63.000 personas, y se han vinculado más de 650 empresas.
Reconciliación desde los territorios
La ruta ‘Isabel Pérez’ es uno de esos proyectos que nació del paro nacional. Se trata de una ruta que recorre el corazón de Siloé, uno de los barrios que más violencia vivió durante el estallido social.
A modo de “museo vivo”, ofrece una caminata por las viviendas del barrio donde se plasman historias de trabajo comunitario.
“Entendimos que la dinámica de construir ciudad no es peleando, sino unirnos a trabajar juntos. En esta ruta reconciliamos la ciudad e invitamos a que conozcan cómo somos, porque aprendimos a escucharnos y a convivir juntos”, precisa Norma Jimena Cabra, líder de Siloé.
En la ruta hay también placas que conmemoran a las personas asesinadas por culpa de la violencia: «Una historia que no vamos a volver a repetir”, dice Cabra.
Otro de los beneficiados es Nelson Quintero, un hombre con discapacidad que tiene un cultivo hidropónico en su terraza y vende lechugas a almacenes de la ciudad.
“El estallido social fue la puerta para que llegara el apoyo empresarial y nos permitió tener seguridad alimentaria y económica para nuestras familias”, añade Quintero a EFE.
Tras el paro nacional, en Cali han nacido más de 8.200 emprendimientos con cerca de 20.000 participantes y han tenido ventas superiores a los 250 millones de pesos (63.000 dólares).
“Después del paro nacional siguen algunas voces diciendo que estamos divididos, pero no es así”, destaca Ulloa. En Cali las heridas del paro aún están abiertas pero con iniciativas así se trata de avanzar hacia la ansiada reconciliación.
Mario Baos
EFE