Leópolis (Ucrania), 20 mar – Miles de familias ucranianas siguen atrapadas en la incertidumbre, esperando noticias de soldados y civiles cautivos en Rusia, mientras Kiev insiste en que su liberación en un canje demostraría la disposición de Moscú a alcanzar la paz.
«Los días de intercambio siempre tienen un sabor agridulce. La alegría por los que han regresado se mezcla con el dolor insoportable por aquellos que siguen cautivos», dijo a EFE Inna, madre de un soldado prisionero, después de que 197 uniformados -pero no su hijo- regresaran a casa este miércoles.
En un parque de Leópolis (oeste), una sombría hilera de pancartas muestran fotos de hombres de uniforme, junto con banderitas, iconos religiosos y otros símbolos de afecto.
Algunas fueron retiradas recientemente, después de que los restos de algunos soldados desaparecidos hace años fueron identificados gracias a test de ADN, y otras 70 lo serán en breve, tras la liberación el miércoles de 70 soldados de la 24ª Brigada, con base en Ucrania occidental.
Para las otras familias, la esperanza depende de que los recién liberados reconozcan a sus seres queridos y puedan dar información sobre ellos, dijo a EFE Marta Matviiv.
Una pesadilla personal
El marido de Marta, Andrí, desapareció mientras intentaba detener a los tanques rusos en Luhansk (este) en los primeros meses de la invasión. A través de canales extraoficiales, sabe que está vivo en cautiverio ruso, aunque no ha tenido contacto con él.
El alivio pasajero que sintió se ve eclipsado por el miedo.
La mujer recuerda a un oficial sanitario de unos sesenta años, no combatiente, que regresó del cautiverio con costillas rotas, dientes perdidos y casi ciego, debido a las torturas.
«Es doloroso pensar que están haciendo con los que sí iban armados», dice.
Natalia Protsik, cuyo marido Dmitró lleva tres años desaparecido, no ve cambios en la manera en que Rusia trata a los cautivos y a sus familias. «Siguen violando todas las convenciones: los prisioneros son torturados con malos tratos, hambre y frío», señaló.
No puede comprender por qué Rusia retrasa la entrega de los cuerpos de los soldados muertos, dejando a familias como la suya sin saber si sus seres queridos están vivos o muertos.
Civiles como rehenes
En las prisiones rusas se hallan también miles de civiles ucranianos.
«Los rusos están secuestrando civiles sin motivo y manteniéndoles detenidos sin juicio o juzgándoles bajo sus propias leyes», explicó Tetiana Marina, de la ONG Civiles Cautivos.
Su pareja, el español Mariano García Calatayud, un voluntario de 77 años, fue detenido hace tres años en Jersón (sur), cuando se encontraba bajo control ruso, sin que desde entonces haya habido una confirmación oficial de su situación.
La Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre Ucrania de Naciones Unidas, en un informe difundido este miércoles, calificó la desaparición forzada de civiles por Rusia de «política estatal extendida y sistemática» y denunció que «el destino y paradero de muchas personas sigue siendo desconocido, dejando a sus familias en un limbo de agonía».
Una prueba de fuego para Rusia
Durante las conversaciones con EEUU sobre unas posibles negociaciones de paz, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha recalcado que la liberación de todos los prisioneros, militares y civiles, podría ser un paso crucial hacia el fin del conflicto.
«Liberar a los civiles sería un primer paso simple que Rusia podría dar para demostrar a Donald Trump y al mundo que es seria sobre un alto el fuego o una paz duradera», dijo Marina.
La presión desde el extranjero es esencial para que Rusia libere incluso a los miles de cautivos cuya detención de momento se niega a admitir públicamente, enfatizó también Matviiv.
Natalia Epifanova, presidenta de la ONG Liberación del Guerrero, se manifestó en términos similares recientemente, durante una concentración delante de la Embajada de Estados Unidos en Kiev. «No es posible la paz si se ignoran los crímenes contra la humanidad y se silencia la tortura sistemática de nuestra gente cautiva», afirmó.
Citando una carta dirigida a Donald Trump por familias de prisioneros de guerra, añadió: «La justicia es la base de cualquier proceso de paz. Comienza con el regreso de los que están sufriendo un trato inhumano en cautiverio ruso».
Epifanova instó a Trump a presionar a Rusia para liberar a todos los cautivos, con el argumento de que Washington dispone de la capacidad para ello.
«Cada día de cautiverio tras nuevos tormentos, nueva tortura, nuevas tragedias», destacó la carta de las familias, que pidió al presidente estadounidense que ofreciese al mundo «un ejemplo de verdadera justicia».
Rostyslav Averchuk
EFE