Antioquia, Colombia, 30 julio de 2025.- Oriente antioqueño, Antioquia. La Corporación para la Paz y el Desarrollo Social (Corpades) hizo público el informe “¡Oriente antioqueño en riesgo!”, en el que alerta sobre la grave situación que enfrentan los 23 municipios de la subregión. El documento, fruto de un análisis profundo, revela una crisis multidimensional que mezcla violencia, desigualdad y abandono institucional.
El informe describe al Oriente antioqueño como una tierra de paisajes generosos y comunidades resilientes, pero hoy atravesada por realidades inquietantes: la presencia de grupos armados ilegales, la gentrificación impulsada por proyectos institucionales, el descenso en la soberanía alimentaria, conflictos socioambientales y la inacción de autoridades locales y departamentales.
Corpades insiste en un llamado urgente: “No más silencio”. La organización subraya que la violencia en el Oriente no es un recuerdo del pasado. Estructuras armadas, basadas en economías ilícitas como narcotráfico, lavado de activos y extorsión, han consolidado su control. Hoy actúan con renovado vigor y convierten la región en escenario de disputa territorial, donde la vida humana se vuelve moneda de cambio.
Desde una mirada humanista, el informe cita a Jean-Paul Sartre para recordar que la libertad y el reconocimiento mutuo son la base de la realización personal. Los asesinatos, desplazamientos y desapariciones, afirma Corpades, no solo arrebatan vidas, sino que destruyen la dignidad y la esperanza, sumiendo a las comunidades en un estado de supervivencia constante.
En este contexto, la Agencia de Prensa Análisis Urbano entrevistó a Oscar Valencia Castaño, periodista, líder social y defensor de derechos humanos, quien ha insistido en la necesidad de construir una paz que integre lo urbano y lo rural en la subregión del Oriente antioqueño. Su propuesta, centrada en una “Paz Real Territorial”, plantea la convergencia de los espacios socio-jurídicos de las estructuras armadas de Medellín y el Valle de Aburrá con el Ejército Gaitanista de Colombia (EGC).
La reflexión de Valencia Castaño, incluida íntegramente en el informe, es un llamado a escuchar voces que llevan años advirtiendo sobre la gravedad de la situación. Según él, mientras las instituciones continúen “sordas y ciegas”, la región seguirá atrapada en un ciclo de violencia y olvido.
Corpades concluye que el Oriente antioqueño necesita una intervención integral: proyectos de desarrollo social, protección ambiental y un compromiso real por parte del Estado y la sociedad civil para recuperar la esperanza.
A.U.