Santo Domingo, 21 ene- Miles de devotos católicos dominicanos acudieron este domingo a decenas de templos, incluyendo la Basílica de Higüey (este) donde se encuentra la imagen principal de la Virgen de la Altagracia, para venerar a la «madre espiritual y protectora» del país.
Un nutrido grupo de personas se apostó desde el viernes pasado en la amplia explanada y los jardines de la Basílica, número que se incrementó a miles el sábado y aumentó aún más este domingo cuando se celebraron los actos centrales en honor a esta advocación de la madre de Jesucristo.
El lugar de peregrinación se vio colmado, este 21 de enero, por feligreses que acudieron a cumplir con «promesas a la virgen», para pedir por su salud y la de familiares, por la mejoría de su situación económica o para que le haga realidad un «milagro».
Los feligreses arribaron desde los cuatro puntos cardinales del país y, como en otras ocasiones, varios de ellos se toman los últimos metros para llegar al templo de rodillas.
También se observa que en los últimos años es cada vez más numerosa la presencia de ciudadanos haitianos que acuden a adorar a la virgen.
El presidente dominicano, Luis Abinader, acudió a la Basílica de Higüey en compañía de la vicepresidenta del país, Raquel Peña, y de la primera dama, Raquel Arbaje, siendo el mandatario recibido con aplausos.
El socialdemócrata Abinader, quien busca la reelección en las elecciones de mayo próximo, se sentó en primera fila donde acudió a saludarle sonriente el derechista Ramfis Domínguez Trujillo, nieto del exdictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo Molina (1930-1961).
Domínguez Trujillo, quien intentó por segunda vez, en igual número de elecciones, presentar su candidatura a la Presidencia, vio impedido ese propósito por las disposiciones constitucionales del país, que determinan que para ser candidato al cargo solo se permite la nacionalidad dominicana.
Ramfis Trujillo nació en Estados Unidos, tiene doble nacionalidad y no ha renunciado a la de la nación norteamericana.
El nuncio apostólico en República Dominicana, Piergiorgio Bertoldi, celebró la eucaristía y recordó recientes palabras del papa Francisco que rezan: «me alegra pensar que el año 2024, que precede el acontecimiento del Jubileo, pueda dedicarse a una gran sinfonía de la oración, ante todo para recuperar el deseo de estar en la presencia del Señor, de escucharlo y adorarlo».
Iglesa pide orar para las elecciones
Mientras esto ocurría en la Basílica, donde antes de finalizar los actos Abinader permaneció por unos segundos con un velón encendido frente a la imagen de la virgen, en la capital dominicana el arzobispo de Santo Domingo, Francisco Osoria, llamó al país a «no elegir candidatos señalados por corrupción o por «algún tipo de tacha delictiva» en las elecciones municipales, congresionales y presidenciales.
Llamó a los votantes a ponerse en «oración» antes de decidir a quiénes elegirán como los líderes del Gobierno.
«No podemos escoger gente que busque el interés propio y menos escoger gente que ha sido tachado, delincuentes. Si nosotros votamos por gente que ha sido tachado o (por) corruptos, ahí no estamos ejerciendo el voto como se debe. En este proceso electoral debemos de tomar en cuenta el bien de la nación, el bien de todos», afirmó el alto jerarca de la Iglesia católica en República Dominicana.
En Santo Domingo, horas más tarde de estas palabras de Osoria en la iglesia de la Virgen de la Altagracia, se desarrolló la tradicional procesión de la imagen de la madre de Dios seguida por decenas de personas que recorrieron varias calles de la ciudad colonial, donde se encuentran las primeras edificaciones europeas de América.
De la procesión participaron también miembros de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y el Cuerpo de Bomberos del Distrito Nacional, que, con su banda, puso el toque musical acorde a la ocasión.
Los historiadores afirman que la primera imagen de la Virgen de la Altagracia o de Nuestra Señora de la Altagracia, donde figura la madre de Jesús mirando al recién nacido y detrás de esta al padre José, llegó a la isla de Santo Domingo en el tercer viaje de Cristóbal Colón.
EFE