Nueva York, 29 septiembre.- Wall Street cerró en rojo este martes y su principal indicador, el Dow Jones de Industriales, bajó un 0,48 % después de tres días al alza, arrastrado por el temor al aumento de casos de COVID-19 en todo el mundo y por la incertidumbre previa al primer debate presidencial en EE.UU.
Al término de las operaciones en la Bolsa de Nueva York, el Dow Jones recortó 131,40 puntos y se situó en 27.452,66 unidades con pérdidas de grandes cotizadas como Chevron (-2,75 %), Travelers (-2,52 %), Dow Inc (-1,92 %) y Walgreens (-1,91 %).
El selectivo S&P 500 descendió también un 0,48 % o 16,13 puntos, hasta 3.335,47 unidades; y el índice Nasdaq, que aglutina a las tecnológicas más importantes, se deslizó un 0,29 % o 32,28 puntos, hasta 11.085,25 unidades.
El parqué neoyorquino comenzó la jornada cerca de la línea plana, pero después se inclinó claramente por las ventas, lastrado especialmente por los sectores energético (-2,73 %), financiero (-1,15 %) e industrial (-0,89 %).
Los inversores reaccionaron a la sombría cifra de un millón de fallecidos por COVID-19 en todo el mundo, la quinta parte de ellos en EE.UU., donde precisamente hoy fue motivo de preocupación el repunte de casos revelado por las autoridades de Nueva York.
La gestión de la pandemia será previsiblemente uno de los temas centrales del debate que mantendrán esta noche el presidente Donald Trump y su rival a la Casa Blanca, el demócrata Joe Biden, y del que estarán pendientes los mercados.
«La gente analizará este debate para responder a preguntas sobre si el resultado de las elecciones será aceptado por cualquiera de las partes. Si hay incertidumbre sobre esto, habrá volatilidad», dijo a The Wall Street Journal el principal ejecutivo de la firma Gresham House Asset Management, Tony Dalwood.
Mientras tanto, Wall Street sigue esperando que los legisladores aprueben un paquete de estímulo fiscal y de momento los demócratas en la Cámara de Representantes han hecho una propuesta de unos 2,2 billones de dólares que incluye ayudas al desempleo y a los gobiernos locales, entre otras cosas.
Poco pareció influir la fuerte subida del índice de confianza de los consumidores, de 15,5 puntos en agosto a 101,8 en septiembre, lo que apunta a un «incremento del gasto», aunque sobre todo por parte de los hogares de altos ingresos, según analistas de Wells Fargo.
«La confianza del consumidor ha tenido la mayor subida en 17 años por las expectativas de mejora económica. Aún así, la confianza está por debajo de sus niveles previrus y una mejora continua pivota sobre un nuevo estímulo», explicaron en una nota.
En otros mercados, el petróleo de Texas cerró con una caída del 3,2 %, hasta 39,29 dólares el barril, en medio de la persistente preocupación por el aumento de casos de COVID-19 en todo el mundo y su impacto sobre la demanda de crudo.
Al cierre de Wall Street, el oro subía a 1.902,40 dólares la onza; el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años retrocedía al 0,65 % y el dólar se depreciaba frente al euro, con un cambio de 1,1742.
EFE