Bruselas, 3 oct – Los Estados miembro de la Unión Europea han asignado, en términos generales, suficiente espacio para desarrollar la eólica marina de forma que se cumpla con los objetivos climáticos de 2030 y 2040, según un estudio publicado hoy por la organización ecologista WWF.
«Si bien en su mayoría se ha asignado suficiente espacio en el mar, los Estados Miembros deben seleccionar proyectos que apoyen una transición justa en el mar y ayuden a las comunidades costeras a beneficiarse de una economía basada en energías renovables», señaló el responsable de políticas de energías renovables de WWF Europa, Arnaud Van Dooren.
La organización también subraya que «equilibrar el despliegue de energías renovables con la protección de la naturaleza es posible» y exhorta a los países de la UE a evitar «la superposición con Áreas Marinas Protegidas y sitios de Restauración de la Naturaleza».
Pide asimismo adoptar «un enfoque transfronterizo» que tenga en cuenta «la coexistencia entre los diferentes actores y sectores en el mar prosperará, minimizando al mismo tiempo las presiones sobre los ecosistemas marinos».
El informe analiza los casos de diez Estados miembros (Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Estonia, Finlandia, Letonia, Países Bajos, Polonia, y Suecia) y detecta que Bélgica no ha asignado suficiente espacio para cumplir los objetivos de 2030 y que tanto Bélgica como Países Bajos «necesitan más espacio para 2040 para mantenerse alineados con el objetivo climático de 1,5 °C».
España
En el caso de España, WWF señala que el país ha reservado espacio para alcanzar las proyecciones de 2030 (2.745 megavatios) y 2040 (2.745 megavatios), pero la ONG pide celeridad en desarrollar «la normativa que permite el desarrollo de nuevos proyectos».
«Si la regulación sigue retrasándose, España corre el riesgo de no cumplir sus compromisos para 2030», advierte la ONG, que reclama que, ante la falta de información sobre los posibles impactos de la eólica marina en las costas españolas, y ante la disponibilidad «bastante alta» de recursos eólicos y solares terrestres, se deberían limitar los criterios exclusivamente de precio en las subastas de proyectos marinos.
Apunta también que, dado que el Gobierno aspira a que España desempeñe un papel clave en el desarrollo del hidrógeno verde en la UE, recomiendan que la designación del espacio para la eólica marina tenga en cuenta que algunas infraestructuras podrían dedicarse «específicamente a la producción de hidrógeno renovable».
Diálogo sectorial
En líneas generales, el informe señala en sus conclusiones que los Estados Miembros ahora deben «mapear urgentemente las áreas necesarias para la protección y restauración futura para garantizar la coherencia entre los objetivos energéticos y de biodiversidad» para que «la energía renovable no se logre a costa de la naturaleza».
Tras la presentación, representantes de los sectores energético, pesquero, medioambiental, científico y de la Comisión Europea mantuvieron un debate sobre la materia, auspiciado por el eurodiputado socialista español Nicolás González Casares, quien renovó su «profundo compromiso medioambiental» pero pidió que «no socave al sector pesquero, que ya está bajo mucha presión».
«Tenemos los recursos y no queremos más combustibles fósiles (…). Defenderé este proyecto, pero no lo defenderé si no se tiene en cuenta a los pescadores y su desarrollo», dijo González Casares, ponente en la pasada legislatura de la reforma del mercado eléctrico de la UE.
La consejera delegada adjunta de la patronal comunitaria de la energía eólica WindEurope, Malgosia Bartosik, subrayó la importancia de tener en cuenta la innovación porque «toda la tecnología marina es muy nueva», dado que la primera granja eólica marina se instaló en Dinamarca en 1992 y actualmente las turbinas generan «140 veces más» electricidad que aquellas.
Llamó a compartir experiencias y conocimientos para no intentar todos «inventar la rueda» y destacó la importancia de dialogar durante las fases de planificación de los proyectos y de explicar cómo y por qué se hacen las cosas y las acciones «para minimizar el impacto o limitarlo», frente al alarmismo de que «el cambio climático nos va a matar a todos».
«La gente piensa en el final de mes y el final de su calle», dijo.
En un debate en el que todos los participantes abogaron por restar peso en las subastas de proyectos de eólica marina a los criterios de precio en favor de requisitos medioambientales o socieconómicos, la asesora política en la plataforma Europêche Rosalie Tukker llamó la atención sobre la necesidad de que energía y pesca compartan espacio.
«Afecta especialmente a los pequeños pescadores que no pueden salir muy lejos de la costa», señaló Tukker.
En la misma línea, la responsable de la Plataforma de Pescadores de Bajo Impacto de Europa, Marta Cavallé, avisó de que la descarbonización es importante pero tendrá impacto y puede causar «mucho desplazamiento y compresión espacial» con implicaciones socioecónómicas.
«Somos invisibles en cualquier negociación» pero «tenemos que estar en la mesa», reclamó Cavallé en nombre de esos pescadores.
EFE