Gaza, 4 de agosto de 2023.- «Seguiremos resistiendo al ocupante incluso si es necesario por décadas», afirmó Khader Habib, alto cargo de la Yihad Islámica Palestina (YIP), en un acto hace un par de semanas en el centro de Gaza, donde este grupo palestino tiene uno de sus bastiones y prioriza la lucha armada como principal estrategia para confrontar a Israel, sin ningún diálogo político.
Habib, uno de sus líderes más importantes en el enclave, hacía estas declaraciones dos meses después de la última escalada bélica, en mayo, que enfrentó a su brazo armado, las Brigadas Al Quds, contra Israel.
El conflicto de cinco días se saldó con 34 muertos en Gaza y ataques selectivos israelíes que mataron a algunos de sus comandantes, lo que dejó de nuevo descabezadas y muy debilitadas a sus milicias. Además, dos personas murieron de lado israelí por los cohetes, una de ellas palestina.
«No tenemos más remedio que resistir, todas las otras opciones para lograr los derechos mínimos del pueblo palestino fracasaron», declaró Habib a EFE, tras ese acto a finales de julio.
Desde 2019, la Yihad Islámica en Gaza -gobernada por el movimiento islamista Hamás, pero donde la YIP tiene amplia presencia- enfrentó tres ofensivas en que combatió casi sola contra el Ejército israelí, y en las que los miembros del grupo fueron el principal blanco a atacar.
TRES ESCALADAS SOLOS
En los tres casos (noviembre de 2019, agosto de 2022 y mayo de 2023), las confrontaciones fueron parecidas: Israel atacó en plena noche y por sorpresa contra casas de milicianos de alto rango del grupo que murieron en el lugar -en algunos casos también sus parientes o vecinos del área-, tras lo que sus brigadas lanzaron cohetes contra Israel, en una dinámica de intercambio de fuego que duró varios días.
Tras pocos días de choques, los costes humanos y daños militares sobre la YIP eran demasiado altos para que sus milicianos pudieran mantener un combate prolongado sin que se uniera Hamás, más poderoso, pero también más pragmático por sus tareas de Gobierno en Gaza y proclive a negociar con Israel indirectamente para lograr concesiones.
Ante tal desequilibrio de fuerzas, las escaladas que la YIP afrontó sola terminaron a los pocos días, obligada a aceptar una tregua. Pero aún así, y pese a los golpes asestados una vez tras otra -también en Cisjordania ocupada, donde sus miembros son objeto de arrestos y operaciones militares israelíes a veces mortales casi diarias-, la YIP no tira la toalla: rechaza el entramado institucional creado con los Acuerdos de Oslo y aboga por mantener la resistencia armada sobre el diálogo político.
Para Israel, la YIP es la más extrema y radical de todas las facciones palestinas, la cataloga como grupo terrorista -también EE.UU. o la UE por su responsabilidad en numerosos atentados en la Segunda Intifada-, y satélite del régimen de Irán, su principal enemigo.
SOLUCIÓN FRACASADA
En una entrevista a EFE en su despacho en Gaza, el portavoz de la organización, Daoud Shihab, asegura que la existencia de la Yihad Islámica tiene sentido justo por ser «un movimiento de resistencia».
«Durante el proceso de paz, se nos prometió desarrollo económico, prosperidad y un Estado palestino en Gaza y Cisjordania. No pasó nada de esto», lamenta Shihab.
Según opina, Israel «confisca a diario la vida» de los palestinos de Cisjordania -bajo ocupación y colonización desde 1967- y Gaza, bajo bloqueo desde 2007 y vigente hasta hoy.
Asegura que la solución clásica al conflicto palestino-israelí de dos Estados ha fracasado, y que el Gobierno de la ANP en Cisjordania -liderado por el partido nacionalista Fatah del presidente Mahmud Abás- está vacío de poder real ante las crecientes medidas colonizadoras israelíes.
«¿Cuál es el valor de un Gobierno si Israel ocupa nuestra tierra y no tenemos soberanía real?», plantea Shihab, que remarca que el proceso de paz de los noventa «fue una gran mentira».
Ante esta situación, en caso de convocarse elecciones legislativas o presidenciales en la ANP -inexistentes desde 2006 y 2005, respectivamente-, la YIP no se presentará, como tampoco hizo en el pasado, ya que «no está convencida de la utilidad de gobernar con soberanía sobre nada», explica Shibab.
En su opinión, de esto también se resiente Hamás -que tomó el poder sobre Gaza a la ANP en 2007-, que ante el férreo bloqueo de Israel «no puede brindar condiciones mínimas de vida» a sus más de 2,3 millones de ciudadanos.
«¿Qué significa un Gobierno que solo puede pagar la mitad del salario a sus empleados y no puede proporcionar corriente eléctrica a sus ciudadanos ante el intenso calor?», se pregunta Shihab, ante la crisis económica y energética de Gaza.
Con todo, destaca que Yihad Islámica «aún no ha encontrado nada aceptable» por parte de Israel para acabar el conflicto, y ante ello «no aceptará negociaciones ni participación en el poder».
«Seguiremos tomando iniciativa para resistir a Israel hasta la liberación de nuestra tierra», concluye Shihab.
Joan Mas Autonell
EFE