Lima, 28 abril.- La idea de la Alianza del Pacífico cumple diez años como proyecto de integración comercial regional, una historia de éxito fulgurante y sintonía política que, sin embargo, parece haberse extraviado entre la pandemia de la covid-19 y las tensiones políticas internas de sus socios fundadores.
El bloque comercial formado por Chile, Colombia, México y Perú dio sus primeros pasos el 28 de abril de 2011 en Lima y por casi una década solo conoció avances en su integración comercial, levantando un gran interés entre propios y extraños como un ejemplo de cooperación para avanzar en el libre comercio.
En julio de 2019 el grupo mantuvo su última gran reunión presidencial en Lima, un foro que terminó lleno de optimismo, acercó la integración de Ecuador y dejó el mensaje de que, pese a las amenazas al libre comercio que surgían de EE.UU con la administración de Donald Trump, afrontaría los nuevos tiempos «sin dormirse en los laureles».
ESTANCADA
Pero mucho ha pasado desde entonces y hoy en día la Alianza llega a su aniversario, sino dormida, aletargada; con pocos o ningún avance en su haber en casi dos años y lejos del foco económico, político, comercial y social que suscitaba antes de la crisis sanitaria.
«Comparto de alguna manera que está congelado el proceso. Pero lo importante es que no da macha atrás. Está estancado y eso tiene que ver con dos cosas: una es que no tiene una institucionalidad muy profunda, depende mucho de los países y sus líderes. Y veo que estos años, entre crisis políticas y el horror de la pandemia, no hay liderazgo», dijo a Efe el excanciller peruano José García Belaúnde.
Este exministro, que participó por su país junto con el presidente Alan García (1985-1990 y 2006-2011) en la Declaración de Lima, reconoció que ni Perú, envuelto en una profunda crisis política, ni México, «que desatendió su rol para concentrase en su vecindario», ni Chile, «hackeado por sus problemas internos», han podido asumir un papel activo para mantener el ímpetu de la organización.
Sin embargo, para el veterano diplomático, una vez que «se superen las circunstancias y se normalice la situación, con Colombia siempre dispuesta e incluso con un México distante, se podrá retomar el camino».
«Pero está claro que esta integración es fruto de voluntad política. Sin ésta, es difícil que funcionarios de ministerios de comercio puedan hacer mucho solos», añadió.
DESAFÍOS
El analista internacional Francisco Belaúnde reconoció también a Efe que la Alianza del Pacífico parece haberse retraído y señaló, por ejemplo, que durante la campaña electoral peruana, cuya segunda vuelta será este 6 de junio, el tema ha estado ausente.
«En campaña han entrado pocos temas comerciales. (Pedro) Castillo (candidato de izquierdas a la presidencia) habló de revisar acuerdos, pero claramente la Alianza es una cosa que no tenía en mente. Percibo más interés en Ecuador, país que quiere entrar en el bloque,que en Perú», dijo el analista.
En cualquier caso, Belaúnde vaticinó que a su juicio, bajo un gobierno de Castillo, y pese a sus declaraciones contrarias al libre comercio, la Alianza seguirá su rumbo sin graves problemas.
«Ya tenemos a México con López Obrador, que no ha sido muy abierto al comercio, y prácticamente no se ha notado. No se sabe tampoco hasta que punto eso puede afectar su funcionamiento», dijo.
En cualquier caso, y como desafíos al futuro, el bloque no solo debería reactivarse, sino profundizar su discusión interna sobre su funcionamiento, su «burocratización» y su ambición: Es decir, si pasa solo de ser sólo un bloque comercial a ser «algo más».
«¿Qué quiere hacer? ¿Profundizar la libre circulación? ¿Expandir las áreas de flujo libre de comercio, como las finanzas, pero sin darle más cabida o sin convertirlo en un ente ‘político’? Eso está detrás, y no se ha movido mucho», razonó.
VENDER LO QUE NO SE VENDÍA
El exministro García, quien también fue hasta 2018 embajador de Perú en España, no se mostró tan seguro con la posición de un eventual gobierno de Castillo, aunque señaló que «si se impone la primacía de la realidad», el impulso y la permanencia en la Alianza del Pacífico de Perú será beneficioso para su país.
«Estos acuerdos no están hechos para vender materias primas. Están hechos para vender lo que antes no se vendía y exportar lo que no se exportaba. No se sabe lo que pasará cuando uno abre los mercados, pero creo que la apertura comercial tiene réditos mayores a los de cualquier otra política de sustitución de importaciones», calibró el diplomático.
En cualquier caso, apuntó que todo esto solo es «especulación», pues aún nadie ha hablado de la Alianza del Pacífico en la campaña peruana.
Álvaro Mellizo