Desempleo: el sector entretenimiento perdió más de 500.000 ocupados

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Podría decirse que marzo tuvo la mitad de días activos en términos laborales y la otra mitad, inactivos, teniendo en cuenta que la orden de confinamiento obligatorio en el país, por la pandemia de coronavirus, se produjo el 25 de marzo, pero Bogotá y Cundinamarca, una de las zonas de peso en mano de obra, realizaron una semana de simulacro previa (a partir del 19).

Con esa prerrogativa, el desempleo en el tercer mes del año empezó a mostrar el efecto de la crisis coyuntural, al registrar una cifra de 12,6 por ciento, señalada por el director del Dane, Juan Daniel Oviedo, como la más alta en la última década.

El cambio en la cifra de ocupados, según los datos divulgados este jueves por el Dane, evidencia lo sucedido con el empleo en el país. De 22,1 millones de personas que tenían alguna ocupación en el tercer mes del 2019 se pasó a 20,5 millones, es decir, 1’583.00 millones de ocupados menos.

La tasa de desempleo nacional fue superior en 1,8 puntos porcentuales a la registrada en el mismo mes del 2019, cuando fue de 10,8 por ciento.

Si bien el mercado laboral en Colombia venía en deterioro desde hace algún tiempo, el resultado de marzo muestra el golpe adicional propinado por la cuarentena.

En las 13 principales ciudades y áreas metropolitanas del país, donde se concentra la producción de la economía y, por consiguiente, el empleo, la tasa de desocupados pasó del 12 por ciento en marzo del año pasado a 13,4 por ciento en igual mes de este año. La contracción en el número de ocupados fue de 952.000.

El mayor desplome, como era de esperarse, estuvo por el lado de las actividades artísticas, de entretenimiento y recreación, que fueron las primeras en ir cancelando eventos debido a la necesidad de aislamiento social para reducir el riesgo de contagio del virus. En ese sector se redujo el número de ocupados en 512.000. Lo mismo sucedió en los sectores de industrias manufactureras y del comercio. Entre los dos perdieron 732.000 ocupados.

Más que en cualquier otra época del año, con el confinamiento que llevó a la mayor parte de la población del país a resguardarse en sus hogares, el conteo de los inactivos que hace el Dane cobra especial importancia, puesto que algunos analistas estiman que este indicador podría estar generando un subregistro en la tasa de desempleo para el mes. De hecho, durante la presentación de las estadísticas, Oviedo puso varios ejemplos para explicar que una persona con un restaurante, actividad que en cuarentena no tiene permiso para operar, es considerada ocupada, porque reabrirá tan pronto pase la orden de confinamiento.

Según las estadísticas presentadas ayer, la población inactiva (no tiene trabajo ni está buscando puesto) pasó de 14,4 millones en el tercer mes del 2019 a 16,2 millones en el 2020, es decir, más de 1,7 millones de personas más.

Desde la perspectiva de Stéfano Farné, director del Observatorio Laboral de la Universidad Externado, “hay un subregistro del desempleo debido a que la gente no puede buscar un empleo y luego se clasifica como inactiva. Ahí hay muchísimos que perdieron el empleo y que no pueden buscar uno nuevo. Apenas se levante el confinamiento se dispararía el desempleo”.

En el mismo sentido, el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, sostuvo que “la tasa de desempleo en este caso oculta el tamaño del problema, porque una gran proporción de los 1,7 millones de inactivos son involuntarios, es decir, no salen a buscar trabajo porque no lo pueden hacer en el confinamiento. Corrigiendo por ese efecto, la tasa de desempleo efectiva puede ser entre 4 y 5 puntos porcentuales más alta que la registrada por el Dane”.

Para Mejía, “es la peor caída en el empleo en lo corrido de este siglo. Estimamos que este año se perderán entre 1,4 y 2,5 millones de empleos, así que preocupa mucho que solo en marzo, sin los efectos plenos de la crisis, ya se hubieran perdido 1,6 millones de empleos”.

En las estadísticas del Dane se evidencia, además, que la mano de obra femenina fue una de las que llevó la peor parte. El desempleo en las mujeres pasó de 14 por ciento en marzo del año pasado a 16,1 por ciento en este año. Y el empleo juvenil (de 14 a 28 años), que el Dane mide por trimestres, entre enero y marzo del 2019 era de 19,5 por ciento y pasó a 20,5 por ciento en 2020.

Por ciudades, Quibdó (Chocó) se mantiene liderando la mayor tasa de desempleo: 22,5 por ciento, y en el extremo opuesto está Barranquilla, con 9,1 por ciento. Entre tanto, Bogotá registra una cifra de 11,8 por ciento, por debajo de la tasa nacional.

Más gente redujo horas laboradas

Las horas trabajadas por la población ocupada en marzo de 2020 reflejan los efectos de la cuarentena en la actividad laboral.

Buena mayor parte de las actividades económicas quedaron paralizadas, otras producían a media marcha (como algunas ramas de la industria) y el personal administrativo, de ciertas áreas con esa posibilidad, avanzó en el teletrabajo.

A ello se le agrega que muchas empresas adoptaron medidas como las licencias no remuneradas o el envío de los trabajadores a vacaciones.

Todas esas situaciones se reflejan en lo hallado por el Dane en el mercado laboral de marzo: “No solo se redujeron los ocupados, sino la intensidad de horas, y por ende el volumen de horas trabajadas, por ese menor número de ocupados”, destacó el director de la entidad, Juan Daniel Oviedo.

Las cifras así lo confirman. Mientras que en el tercer mes del 2017 el porcentaje de ocupados que trabajaba hasta 20 horas a la semana (es decir, media jornada), era solo del 13,6 por ciento en el total nacional, en marzo del 2020 la cifra se duplicó, al pasar a 27,3 por ciento.

De igual manera, se redujo ligeramente el número de trabajadores que laboraron más de 40 horas a la semana, de 57,4 por ciento en marzo del 2017 a 48,7 por ciento, lo que sugiere una disminución de horas extras, por ejemplo.

En la zona urbana, es decir, las 13 principales ciudades y áreas metropolitanas, el cambio es aún más fuerte, teniendo en cuenta que en las capitales grandes se concentran el comercio, la industria, la hotelería, los restaurantes, ramas de la economía que prácticamente se detuvieron en su totalidad.

Es así como, de los 9,8 millones de ocupados en las 13 ciudades este año, un 31,4 por ciento trabajó menos de 20 horas a la semana en marzo. En 2017, en cambio, esta cifra fue de apenas el 13,1 por ciento. Entretanto, la población ocupada que trabajó más de 40 horas a la semana en ese mes, que en el 2017 era de 61,8 por ciento, este año pasó a un 49,2 por ciento.

Hay que elegir soluciones

La Escuela Nacional Sindical presentó este jueves su informe de coyuntura laboral 2020, titulado ‘El trabajo en crisis’, en el que señala que si bien no existe consenso sobre la magnitud ni la duración de la pandemia ni sus efectos sobre la economía, “en Colombia se proyecta una pérdida de empleo de entre 4,2 por ciento en el corto plazo y 7,7 por ciento en el largo plazo; y de mantenerse una recesión prolongada la pérdida llegaría al 14,4 por ciento”.

La institución, dedicada a la educación y a la investigación laboral, subraya en su informe que “unos 15 millones de trabajadores informales y ‘cuenta propia’ (la mayor fuerza laboral del país) ya han perdido total o parcialmente sus ingresos debido a la crisis, lo que conduciría a su empobrecimiento si no recibe los subsidios de la emergencia económica y sanitaria”.

El documento pone también en el visor lo que, desde el comienzo de la emergencia sanitaria en el país, ha sido motivo de críticas: “lo que ha dejado al descubierto la crudeza de la pandemia es la precaria condición laboral del personal médico y paramédico colombiano, resultado de casi 30 años de vigencia de la Ley 100, que en 1993 creó el sistema de seguridad social integral”.

En ese contexto, que el Gobierno, los empresarios y los trabajadores se encuentren en una cumbre urgente, “para buscar fórmulas que permitan encontrar soluciones a corto, mediano y largo plazo a la crisis generada por la pandemia que ya ha causado el desempleo de más de tres millones y medio de personas tanto del sector formal como las del denominado rebusque”, es la propuesta que lanzó este jueves el presidente de la Confederación General de Trabajadores (CGT), Julio Roberto Gómez.

El dirigente gremial, en particular, solicitó a la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, acelerar la reapertura del sector productivo de la ciudad con los debidos protocolos de seguridad porque, “el hambre es, también, otro flagelo de la mayor gravedad. Qué mal pueden causar unas personas de un taller de mecánica o de un almacén, por ejemplo”, sostuvo.

Por su parte, la Escuela Nacional Sindical aboga por “un ingreso mínimo vital de al menos un salario mínimo para trabajadores informales, domésticos, autónomos, población en discapacidad sin ingresos, entre otros de estratos 1, 2 y 3”.

Tomado de El Tiempo

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