Bogotá, 29 septiembre de 2022.- La Defensoría del Pueblo de Colombia pidió este jueves al Gobierno central «adelantar acciones urgentes por desbordada violencia» que azota a la región del Bajo Cauca Antioqueño, en donde se han presentado masacres, decapitaciones y asesinatos selectivos.
«Es urgente que el Gobierno tome acciones con enfoque de derechos humanos para detener esta violencia. También le solicito a las autoridades nacionales y locales tomar medidas para garantizar la seguridad de las comunidades de la región», dijo el defensor del Pueblo, Carlos Camargo, citado en un comunicado de su despacho.
Los reportes recogidos en agosto pasado por la Defensoría dan cuenta de que hubo «una masacre de tres jóvenes, decapitaciones, asesinatos selectivos y desapariciones. Incluso, se conoce el caso de un joven que fue sacado del colegio y posteriormente fue encontrado muerto».
A lo anterior se suma que en ese mismo mes se han desplazado forzadamente más de 100 personas y existe un alto riesgo de reclutamiento forzado de niños y adolescentes por parte de grupos armados ilegales.
«Existe un nuevo ciclo de degradación de la violencia en la región en la que los grupos armados delincuenciales buscan generar pánico en la población. En la actualidad los municipios más afectados son el Bagre y Caucasia, pero el conflicto puede escalar a Tarazá, Cáceres y Nechí», dijo el funcionario.
La región del Bajo Cauca la atraviesa el río Cauca, el segundo más importante del país después del Magdalena, y se ha convertido en una zona de violencia debido principalmente a los cultivos de coca y a que es un corredor que el narcotráfico utiliza para sacar la cocaína hasta el caribeño Golfo de Morrosquillo, desde donde sigue su camino hacia Centroamérica.
De esta subregión hacen parte los municipios de Nechí, Caucasia, El Bagre, Cáceres, Zaragoza, Tarazá, Segovia, Remedios, Amalfi, Anorí, Briceño, Valdivia e Ituango.
Allí hay fuerte presencia de bandas de narcotraficantes, disidencias de las FARC, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Clan del Golfo, que se disputan el control de la zona para sacar provecho del narcotráfico, motor de violencia en Colombia.
EFE
VIOLENCIA EXTREMA EN EL BAJO CAUCA ANTIOQUEÑO