Nueva York, 8 enero.- El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, y el gobernador del estado, Andrew Cuomo, ambos demócratas, están enfrascados en una nueva batalla, esta vez por la lentitud de la vacunación contra la covid-19, que la Gran Manzana atribuye a las directrices demasiado restrictivas impuestas desde la administración del estado.
Según datos de este viernes, en la ciudad -con una población de más de 8 millones de personas- únicamente se han usado unas 168.000 dosis de las más de 489.000 que han sido distribuidas, alrededor del 34 %.
Nueva York ha fijado un primer grupo para recibir las vacunas formado por sanitarios de primera línea y residentes y trabajadores de residencias de ancianos y, hasta ahora, Cuomo se ha mostrado inflexible ante los llamamientos a empezar a inocular a otros grupos de riesgo.
El gobernador, que es quien tiene el poder de decidir cómo se hace el reparto, ha amenazado en su lugar con multas a los hospitales y centros que no usen rápidamente las vacunas que se les asignan y también con importantes sanciones para quien las administre a personas que no están en este primer grupo.
Mientras tanto, multitud de dosis continúan en congeladores de hospitales y clínicas a la espera de que los centros encuentren a quién ponérselas o finalicen la burocracia para decidir quién debe ser inoculado antes dentro de sus propias plantillas.
En los últimos días, el alcalde de Nueva York ha llamado a Cuomo a flexibilizar las normas para que las vacunas no se queden sin usar y este viernes ha endurecido aún más su mensaje, insistiendo en que se debería poder empezar a vacunar a cualquier persona mayor de 75 años.
De Blasio, en una conferencia de prensa, subrayó que este grupo es el “más vulnerable” en la ciudad y lamentó que ahora mismo “el estado de Nueva York no permita vacunarlos”.
“Si no podemos vacunar a la gente que está en más peligro, vamos a perder vidas que no hacía falta perder”, insistió el regidor, que mantiene desde hace años una tensa relación con Cuomo a pesar de que son compañeros de partido.
Según el alcalde, en Nueva York hay 270.000 dosis que podrían estar usándose para proteger a los mayores de 75 años, que son alrededor de 560.000 personas en la ciudad.
De Blasio reclamó además permiso para vacunar al personal de emergencias y otros trabajadores esenciales e insistió en que, de recibir la luz verde, la Gran Manzana tiene capacidad para administrar rápidamente todas las vacunas disponibles.
Según han dicho a medios locales responsables de distintos hospitales y clínicas, las directrices muy estrictas impuestas por el estado sobre quién debe recibir primero la vacuna -incluso dentro del primer grupo de prioridad- hacen que el proceso se mueva lento y con muchas cautelas para evitar errores.
Mientras tanto, los casos de coronavirus siguen aumentando, aunque por ahora a un ritmo menor que en las zonas más críticas de EE.UU. y los hospitales neoyorquinos, que llegaron a verse desbordados en la primera ola, siguen teniendo capacidad de sobra para atender a los enfermos.