Categoría: Análisis

La paz está llegando a este departamento, las FARC-EP ya no existen como organización armada y sus miembros llegan masivamente a la vida política, social, cultural y económica del país. El Estado colombiano deberá cumplirles a ellos y a las comunidades por donde cruzó el meridiano de la guerra.

Según la información del Ministerio Público en Medellín, en los últimos dos meses, en el Corregimiento de Altavista, se han recibido siete declaraciones de desplazamiento forzado de familias por amenazas y enfrentamientos entre las bandas que delinquen en este sector.

Según el Coronel Wilson Pardo Salazar, comandante de la Policía de Antioquia: «Hay una disputa, una pugna entre los mismos integrantes del Clan del Golfo, donde para capturar a alias el Indio nos dio muy buena información los mismos miembros de esta estructura, que no están de acuerdo especialmente con los atentados contra los policías en toda la región de Antioquia».

La administración municipal ya ha manifestado su preocupación por el hecho y le ha solicitado al Gobierno nacional que defina la condición bajo la cual deben ser tratados los venezolanos que llegan a la ciudad a asentarse. El tema será tratado en una de las sesiones ordinarias del Concejo de Medellín, periodo que inició el pasado 1 de junio y que finalizará el próximo 31 de julio.

Ahora bien, para entender el fenómeno paramilitar habría que comprender la ocupación del territorio y la acumulación de capital, aspectos que comparten las AUC y el Clan del Golfo.

Este es el panorama de lo que son las AGC en Medellín y el resto del Valle de Aburrá, pero debo aclarar que su objetivo principal es la toma y la consolidación de las periferias de esta subregión para enlazar corredores estratégicos con otras subregiones del departamento de Antioquia…