- A través de talleres de trabajo se elaborará un nuevo perfil resiliente de la ciudad, proyecto que le permitirá al Distrito mejorar sus procesos de planeación y gestionar los retos globales de cara al mundo.
- A finales de 2022 deberá estar listo el documento técnico que sería la carta de navegación de los próximos años.
- Este proyecto generará más trabajo participativo entre la comunidad y le dará herramientas para manejar mejor las causas y los efectos de las adversidades.
Medellín, julio 25 de 2022- La resiliencia es la capacidad de reacción de una ciudad y de sus habitantes para superar los problemas, adaptarse positivamente y transformarse hacia la sostenibilidad. Esta ha sido una cualidad especial de Medellín y, por eso, con el apoyo de ONU-Hábitat y el Ayuntamiento de Barcelona, adelanta la construcción de un nuevo perfil resiliente que le permita al Distrito mejorar sus procesos de planeación, le facilite gestionar adecuadamente los riesgos y le genere una fácil adaptación a retos globales como el cambio climático.
“Medellín, por naturaleza, es resiliente, porque ha logrado superar un montón de acontecimientos que nos llevan a ser la ciudad innovadora y moderna que somos. Nos complace iniciar de lleno la construcción del perfil de resiliencia con el apoyo de ONU-Hábitat y el Ayuntamiento de Barcelona. Con ellos y el conglomerado vamos a continuar los talleres que nos ayudarán a tener, en diciembre, los resultados que nos servirán para hacer de la Medellín Futuro otra vez una ciudad resiliente”, destacó el director del Departamento Administrativo de Planeación, Sergio López Muñoz.
Estos talleres de diagnóstico iniciaron en la Ciudadela para la Cuarta Revolución Industrial – C4TA. El documento final sintetizará los principales retos en aspectos relacionados con la contaminación ambiental, la calidad de la educación, los servicios públicos, los residuos sólidos, la movilidad sostenible, el cambio climático, la seguridad, el desempleo, la atención en salud de la comunidad, la sostenibilidad territorial, el desarrollo económico, la desigualdad, la inequidad, la productividad y la inseguridad alimentaria, entre otros.
“ONU-Hábitat tiene una metodología que hace un análisis robusto del sistema urbano para tener un diagnóstico y ser capaz de identificar los escenarios de futuro y las posibles acciones que nos conducen a la resiliencia y a la sostenibilidad. Esto es lo que estamos haciendo en Medellín, que hace rato es modelo en Latinoamérica por su capacidad de superar los problemas, aportando indicadores y la metodología a los equipos de trabajo, además de acompañarlos en la capacitación para trabajar conjuntamente e identificar acciones para llevarlas a cabo”, señaló la coordinadora de Alianzas, Incidencia Política y Comunicación de ONU-Hábitat, Rosa Surinach.
Entre algunos aspectos destacados de los primeros encuentros están el trabajo en conjunto y la búsqueda de soluciones a problemáticas como la desigualdad, el desarrollo sostenible, la gobernanza para la resiliencia, el desarrollo económico sostenible y la dinámica político social que debe tener la ciudad para afrontar los retos que se avecinan.
Adriana Toro, líder de la Secretaría de las Mujeres y una de las personas más activas en los encuentros pedagógicos, dijo que “este espacio me encanta y me gusta que como ciudad nos analizamos. Este ejercicio de resiliencia nos sirve para identificar que hemos sobrevivido y sobrepasado las adversidades, pero ya nos toca pasar de la cobertura de servicios a mejorar la calidad de vida de las personas; y la idea es buscar, a partir de los aprendizajes, la transformación social porque todavía tenemos retos y cosas por mejorar”.
Con esta propuesta, el liderazgo del alcalde Daniel Quintero y el respaldo de las entidades internacionales, la Medellín Futuro continúa apostándole a la nueva agenda urbana y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para que cuando la ciudad tenga el proyecto final de su nuevo perfil pueda gestionar adecuadamente los riesgos, considerando los grandes retos globales como la adaptación al cambio climático y tenga la capacidad de involucrar, en su planeación, a diversos actores urbanos.
