Medellín, Colombia, 15 enero de 2022.- Una cosa es cierta y es que las cifras de homicidios en la ciudad de Medellín no son tan altas como lo fueron en su momento en los años 90. Tampoco representan cifras más altas que las del año 2009 donde se presentaron 2.186 casos. Pero sí hay una práctica de la violencia de los grupos que preocupa y pasa desapercibida.
El año 2020 cerró con 369 homicidios y el 2021 con 403. Un aumento del 9,2% para dejar una tasa que se ubica en 15,68 por cada cien mil habitantes.
Por diferentes redes sociales nos hemos percibido del afán de amigos y familiares para que la ciudadanía ayude a dar con el paradero de personas que desaparecen bajo diferentes modalidades. Desde el portal de noticias Análisis Urbano y Corpades hemos realizado diferentes campañas para que cada ciudadano adopte un desaparecido y ayude a encontrarlos. Somos felices cuando nos reportan que ya aparecieron algunos de ellos.
Sentimos una gran preocupación porque hay hechos que siguen pasando desapercibidos y hechos que podrían aumentar de manera drástica y dramática estas cifras de personas asesinadas en la ciudad. La cifra de desaparecidos.
Medellín, según datos de Medicina Legal, cerró 2021 con una cifra de 353 casos de personas denunciadas como desaparecidas, de las cuales 225 fueron hombres y 128 mujeres. La entidad reporta que en 27 de estos casos las personas aparecieron asesinadas, 204 aparecieron vivos, pero de 122 personas no se conoce su paradero.
Reporta la entidad, que al menos en 7 de estos casos se trata de la estrategia de desaparición forzada, se puede concluir que esta vieja práctica continúa siendo realizada por la criminalidad de la ciudad.
El 58% de las víctimas de desaparición aparecen vivas y el 34% de los casos reportados no se tiene ninguna información. (¿Y el 8 % restante?).
Si hay algo que tienen claro el crimen de la ciudad de Medellín es que entre más homicidios se produzcan en las comunas donde tienen sus negocios y prácticas ilegales, más llamaran la atención y las autoridades se verán obligadas a hacer intervenciones en esas zonas.
Como hechos que reflejan las desapariciones forzadas registramos que el día 15 diciembre de 2021 una persona apareció embolsada en la comuna 7 de Robledo.
“Por sapo” decía el escrito que dejaron junto al cadáver embolsado de Robledo, comuna 7
El 6 noviembre de 2021 denunciamos la aparición de otro caso en similares circunstancias, esta vez en el barrio El Poblado. Otro caso ocurrió el 25 de noviembre cuando otro cuerpo fue hallado al interior de una maleta dejada en la comuna 14.
En cadáver embolsado hallado en El Poblado había un letrero que decía: “por violo”
Como estos hay más casos. Desde Corpades y Análisis Urbano entendemos que estas altas cifras de desaparecidos tienen como finalidad no impactar en los homicidios y mantener una falsa tranquilidad en algunas zonas donde el poder paramafioso no puede ser expuesto a los escándalos de este tipo. Por lo tanto, sigue vigente el uso de las casas de tortura y de pique en donde son desmembradas algunas personas para que nunca sean halladas. Las cifras de homicidios podrían ser más altas, solo que los cadáveres nunca serán hallados.
Hay que aclarar que no todas las personas ingresadas por la fuerza a estos sitios son trozadas, pero si es claro que todas son sometidas a fuertes torturas para posteriormente ser asesinados algunas con fuertes golpes de bates, en otros casos son dejados por la ciudad en bolsas plásticas, otros casos son asesinados con armas de fuego o con cuchillos, pero en la ciudad también se conoce el uso de trazadoras de árboles, en otros casos se usan ácidos, se convierten en alimento de cerdos o simplemente son lanzados al rio Medellín para acabar con la vida de esas personas.
Otra de las dinámicas usadas por los grupos armados es someter a trabajos forzados a algunos de las personas llevadas a la fuerza a zonas mineras, también usan el fenómeno de trata de mujeres de cualquier edad para esclavizarlas sexualmente en diferentes zonas del departamento y del país. Algunos jóvenes que están siendo desaparecidos en las comunas pobres de la ciudad, están siendo llevados a zonas de guerra como el Urabá, el Bajo Cauca, el Norte de Antioquia para ser reclutados y puestos al servicio de la guerra.
La ciudad sigue bajo el dominio de más de 350 grupos armados que se han distribuido el poder de cada comuna, por estos hechos decimos que la política pública de seguridad debe replantear estrategias como leyes de sometimiento que ayuden a que desaparezca el crimen en la ciudad de Medellín.
No puede seguir pasando ese dicho de las administraciones: “se está matando pero más poquito”, lo único que realmente debe funcionar en la ciudad y en cualquier parte del país es que el poder real debe estar en manos del Estado. En una democracia no es normal que el poder lo ejerzan los grupos paramafiosos.
