Bogotá, 29 octubre .- Aunque el apoyo ha sido inconstante y los incumplimientos han marcado el devenir del fútbol femenino colombiano, las futbolistas han cosechado en 2022 muchos éxitos internacionales que han posicionado al país como una potencia emergente en esta disciplina.
Desde las menores hasta las mayores, las colombianas se han bañado de gloria como nunca antes lo habían hecho y como tampoco lo hacen los varones: subcampeonas de la Copa América; América y Deportivo Cali llegaron a las semifinales de la Copa Libertadores, y la selección sub’17 disputará el domingo el título del Mundial de India con España.
El hito es mucho mayor si tenemos en cuenta que esta es la primera vez en la historia que una selección cafetera, ya sea masculina o femenina, disputa una final de un torneo FIFA.
El nombre que destaca en la constelación de nuevas estrellas es el de Linda Caicedo, un prodigio de 18 años que se echó al hombro a las selecciones de mayores en la Copa América, de la que fue elegida la mejor jugadora; el Mundial Sub’20 de Costa Rica, en el que Colombia llegó a cuartos, y en la Copa del Mundo Sub’17 de India.
«Linda Caicedo me recuerda al mejor de nosotros, a Fausto (Faustino Asprilla)», expresó esta semana el exfutbolista Carlos ‘el Pibe’ Valderrama.
RECLAMOS DE MAYOR APOYO
Pese a que los éxitos han sido grandes, las jugadoras han tenido que mantener una lucha fuera de la cancha para conseguir las garantías que les permitan dedicarse al fútbol de forma profesional, pues muchas de ellas tienen otros oficios para poder sobrevivir.
La principal barrera a la que se enfrentan es la falta de competencia, pues la liga colombiana, por ejemplo, este año tuvo una duración de apenas cuatro meses en el primer semestre y no duró el año completo como reclamaron las jugadoras.
El argumento de los directivos de la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor) para no organizar un torneo en el segundo semestre del año fue que los partidos tienen poca asistencia y no hay mucho interés de patrocinadores.
La liga tampoco arrancó porque además de lo económico solo había interés de cuatro de los 38 equipos que conforman la Dimayor.
Sin embargo, las voces de protesta han retumbado y el Ministerio del Deporte, liderado por la excampeona olímpica de halterofilia María Isabel Urrutia, realiza una mesa de trabajo con la Dimayor, la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) y representantes de las jugadoras para garantizar la viabilidad del torneo en 2023.
«Caracterización de atletas por clubes, escuchar las necesidades de las regiones y el número de equipos que tienen participación en campeonatos, ligas y diferentes eventos de fútbol femenino, fueron los puntos centrales de la mesa de trabajo realizada, en Bogotá», señaló el Ministerio sobre la reunión que tuvo lugar el jueves pasado en la capital colombiana.
POLÉMICA POR LAS BONIFICACIONES
La campaña de Colombia en el Mundial de India no ha pasado desapercibida. Los ojos del país están en las jugadoras que, ganen o pierdan, van a recibir bonificaciones económicas por lo logrado en el torneo.
Sin embargo, en las últimas semanas el presidente de la FCF, Ramón Jesurún, dijo: «Los premios solo se dan a los futbolistas profesionales, ellas son unas muchachas ‘amateur'».
El directivo tuvo que rectificar y aseguró que sí hay un premio, que sí hay una bonificación que habían pactado con las jugadoras y el cuerpo técnico que lidera Carlos Paniagua, aunque no quiso hablar de montos.
El Ministerio del Deporte, entre tanto, dará 30 millones de pesos (unos 6.200 dólares) a cada futbolista si llegan a ganar el título y 18 millones de pesos (unos 3.728 dólares) en caso de ser subcampeonas, una reivindicación de un trabajo hecho a pulso durante años por las mujeres que siguen soñando por poder dedicarse, de lleno, al fútbol profesional.
EFE