Un llamado a transformar las relaciones interpersonales y valorar los cuerpos y la vida de las mujeres fue el que se dio en la entrega del ‘XVII Informe sobre la situación de violación de derechos humanos de las mujeres de Medellín y territorios de Antioquia 2018’.
En dos años, en el departamento han sido asesinadas 340 mujeres: 166 en el 2017 y 174 en el 2018, lo que representa un índice para el año pasado de 5,08 mujeres asesinadas por cada 100.000 habitantes, según señala el informe elaborado por las corporaciones Mujeres que Crean y Vamos Mujer.
Dentro de las cifras, el Valle de Aburrá encabeza como la subregión con más casos (156), seguido del Bajo Cauca (45 casos), Suroeste (42) y Urabá (26). La capital antioqueña presentó el año pasado 41 feminicidios, 21 menos que en el 2017.
En homicidios y feminicidios, Antioquia pasó de estar en el 2017 en el segundo lugar (después de Bogotá), al penoso primer puesto en el 2018.
“Nos llama la atención la alta cantidad de casos sin información. Lo que identificamos es que las cifras que registra el sistema tienen un altísimo desconocimiento de los hechos y del tipo de agresor”, explicó Angélica Naranjo, coordinadora de DD. HH de Mujeres que Crean, refiriéndose a si fue pareja o expareja sentimental de la víctima, o un desconocido.
Aumento en la violencia
El informe señala que en Antioquia aumentaron las cifras de violencia sexual (ocupa el segundo lugar en el país), pero disminuyeron las denuncias por violencia de pareja, sin significar que haya menos casos.
En el departamento, en el 2017 fueron 2.451 denuncias de mujeres violentadas sexualmente, panorama que aumentó en 343 casos para el 2018 (2.794), de los cuales el 64 por ciento se registró en el valle de Aburrá.
Para el 2017 y 2018 las subregiones donde más denuncias se hicieron por violencia sexual fueron el Valle de Aburrá, el Suroeste, el Oriente, el Urabá y el Norte, de acuerdo con este informe que consolida las cifras del Instituto Nacional de Medicina Legal.
A su turno, Medellín tuvo disminución, ya que fueron 1.270 reportes el año pasado, frente a 1.762 en el 2017.
En cuanto a la violencia intrafamiliar con énfasis en parejas, el territorio antioqueño es también el segundo (después de Bogotá D. C con 12.388 casos) con mayor número de denuncias, para un total de 5.492, de las cuales en el 84 por ciento de los casos las víctimas fueron mujeres y en el 16 hombres.
De acuerdo con Patricia Luli, directora de la Corporación Vamos Mujer, ya es hora de cambiar la forma como se relacionan los hombres y las mujeres, y la estructura de poder, pues en la historia han estado subordinadas a los hombres, además de discriminadas.
Frente a la importancia de mostrar los resultados año a año (este es el informe número 17, afirmó que: “Si no visibilizamos esto y lo mostramos como un problema social del que nos tenemos que responsabilizar todo el colectivo (las organizaciones y la institucionalidad), este problema no lo vamos a erradicar”.
Tolerar, justificar o naturalizar han sido errores históricos en la problemática, según enunció Luli.
De otro lado, el documento mostró que sigue habiendo preocupación por parte de las organizaciones de mujeres, por las barreras geográficas y de acceso que enfrentan ellas, sin nombrar las deficiencias de la institucionalidad y de la ruta que debe seguir una víctima.
Otras variables
El informe puso la lupa sobre la participación política de las mujeres, aspecto en el que se identificaron retos. En Antioquia, de las 1.421 curules para los concejos, 277 están ocupadas por mujeres, es decir el 19 por ciento. Para las 125 Alcaldías, solo 16 las ocupan mujeres (13%) y apenas hay dos diputadas (8%).
Cabe recordar en ese sentido, que de acuerdo con la Ley 1475 de 2011, o Ley de Cuotas, la participación femenina debe alcanzar el 30 por ciento, en específico de las listas de los partidos o movimientos significativos de ciudadanos.
“Hay una brecha enorme en la participación de las mujeres. Los obstáculos no son solo macro, hay dinámicas que dificultan que lleguen a los cargos de representación”, dijo Cindy Suaza, investigadora del informe. Es así como uno de los desafíos que se plantean es la “feminización de la política”.
Tomado de El Tiempo
